Alex pierde brillo; creen no encaja en Yanquis

Alex pierde brillo; creen no encaja en Yanquis

POR SELENA ROBERTS
Del NY Times
TAMPA, Fla. –
De alguna manera, aquella perpetua y brillante fachada de Alex Rodríguez se ha convertido en un repelente de todo tipo. En estos días, pocos semejantes quieren estar cerca de Rodríguez, una estrella con problemas de autenticidad.

Falso, fue la descripción que José Canseco escogió en su libro cuando se refirió a Rodríguez por hablar como si pasara sus pensamientos por “un grupo de concentración antemano”.

“Alex, en particular, hace ver a la mayoría de los ejecutivos de negocios como poco pulidos y demasiado sinceros”, escribe Canseco en “Juiced: Wild Times, Rampant ‘Roids, Smash Hits and How Baseball Got Big”.

Cierto, el uso excesivo de esteroides probablemente ha dejado a Canseco medio loco, pero que tal el resto del mundo. El martes, Trot Nixon le entró a Rodríguez por no ser un Yankee genuino como Derek Jeter, Jorge Posada y Bernie Williams.

También se burló de Rodríguez por alardear sobre su régimen de entrenamientos en la temporada muerta. “Como Rodríguez dice, él comienza a subir escaleras a las 6 de la mañana mientras yo estoy durmiendo y llevando a mis hijos a la escuela”, dijo Nixon a los reporteros. “Yo respondo, bueno Alex, no soy un mal padre”.

La racha de golpes de Nixon continuó al añadir lo siguiente con relación a Rodríguez como nuevo padre: “Ahora tiene una hija, así que quizás el chofer de su limosina la lleve a la escuela”.

Eso tiene que dolor, hasta al mismo A-Rod. Pero ciertamente, Rodríguez podría consolarse en algunos de sus compañeros. Ciertamente, su reputación sería valientemente defendida por alguien en el complejo de los Yanquis – excepto que no fue así.

“Eso es entre ellos”, dijo Jeter de los comentarios de Nixon. “No tengo nada que ver con eso. Eso es entre Trot y Alex”.

¿Pero no se ofendió Jeter por la “trapeada” que le dieron a su compañero?

“Alex vendrá pronto”, dijo Jeter. “Pregúntenle a él si se ofendió”.

Para ser justos, Jeter nunca se mete en líos verbales con nadie, pero no tenía que insultar a Nixon para defender las virtudes de Rodríguez. Tirar al suelo a un oponente y apoyar a Rodríguez puede ser mutuamente exclusivo, pero la pasiva respuesta de Jeter fue parecida con muchos jugadores.

Hasta un jugador como Mike Stanton reveló status de Rodríguez, validando los comentarios de Nixon. “Cuando uno habla de la organización de los Yanquis, se refiere a Derek Jeter, Posada, Mariano Rivera y Bernie Williams”, dijo Stanton. “El resto de nosotros solo somos el reparto”.

De alguna manera, A-Rod se ha visto reducido a simple oferta de rebaja. En la temporada muerta, hasta George Steinbrenner habló de la situación de su superestrella cuando, como reportó Sports Illustrated el mes pasado, usó lenguaje selecto al retar a Rodríguez a ponerse las pilas.

¿Cómo se convirtió en humano el maniquí? Quizás fue la jugada sucia de la Serie de Campeonato. O sus malas rachas del año pasado. Quizás fue el cambio fallido a los Medias Rojas de Boston.

“El tuvo que ver con muchas de las cosas que se les dieron el pasado invierno”, dijo el gerente general de los Yanquis Brian Cashman de la relación de Rodríguez con Boston. “Y están concentrados en eso”.

Eso podría explicar parte de los problemas de A-Rod, pero el contrato es la clave de todo. No es cómo los demás manejaron su contrato de US$252 millones sino como A-Rod respondió a su riqueza.

En diciembre del 2000, Rodríguez firmó el contrato con Texas. En febrero del 2001, Jeter firmó por US$189 millones con los Yanquis.

En ese momento, Jeter comenzó a usar su contrato como responsabilidad, mientras Alex tomó el suyo como estampa de superioridad. Una vez comenzaron a jugar lado a lado, las diferencias de sus filosofías comenzaron a relucir, con Jeter haciendo las cosas pequeñas en momentos grandes y Alex teniendo momentos grandes en tiempos insignificantes.

Todo esto convierte los comentario de Steve Phillips en el 2000 como una vista al futuro. El gerente general que cortejó a Alex ese año, Phillips se salió de la persecución, citando peticiones excesivas del agente Scott Boras, como una valla en la ciudad, un avión privado y un equipo de mercadeo separado.

“Solo espero que la gente en Nueva York no crea en esas tonterías”, dijo Rodríguez en ese entonces.

Si los neoyorquino le creyeron entonces, ahora deben estarse preguntando otra cosa. No porque se comporte como una diva, sino porque A-Rod todavía no se presenta a sí mismo como el tipo real.

Muchas personas se han dado cuenta, desde Canseco a Nixon, y hasta sus compañeros parecen tener problemas con saber si Rodríguez es un Yankee auténtico.

VERSIÓN DIONISIO SOLDEVILA BREA

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