Anaheim (California, EEU) (EFE).- Si el torneo del Clásico Mundial ya era más que cuestionable, después de ver como Estados Unidos ganó por 4-3 a Japón en el inicio de la segunda ronda dentro del Grupo A, las interrogantes se acentuaron. Estados Unidos puede sentirse satisfecho de haber conseguido la victoria después que el bateador designado Alex Rodríguez pegó sencillo impulsador de la carrera del triunfo en la parte baja de la novena entrada con las bases llenas, pero la historia del partido no será el marcador final sino lo que sucedió en el octavo episodio.

Rodríguez salvó el domingo a Estados Unidos de un segundo traspié en el Clásico Mundial de Béisbol, pero no será su jugada lo que pase a la historia de un torneo que cada jornada se convierte en más polémico.

El tercera base de los Yanquis de Nueva York, que había pasado desapercibido en lo que iba de torneo, disparó una línea corta por el centro que rozó el guante del relevista japonés Kyuji Fujikawa, impulsando a Randy Winn y dejando en el terreno a la novena de Japón. 

«Me siento muy feliz por el batazado que di y haber conseguido la victoria», comentó Rodríguez. «También estoy más feliz que nunca de la decisión que tome de jugar con el equipo de Estados Unidos».

Estados Unidos comenzó con el pie derecho y polémica la segunda etapa, y el lunes se enfrentará a Corea del Sur, mientras que Japón espera recuperarse de la frustración de la derrota frente a México cuando ambos jueguen el martes, en el mismo escenario del Angel Stadium, que dejó hoy una asistencia de 32.896 espectadores.

México, primero del Grupo B en la primera ronda y Corea del Sur, también líder del Grupo A, se enfrentaran esta noche para completar la jornada inaugural de la segunda ronda.

El zurdo Dontrelle Willis será el abridor de Estados Unidos ante Corea del Sur mañana, lunes, mientras que el legendario Roger Clemens lo hará ante México el próximo jueves

Japón con el tercera base Akinori Iwamura, que pegó elevado de sacrificio y Tsuyoshi Nishioka desde la antesala logró la carrera que rompió el empate a 3-3, pero una protesta del manejador de Estados Unidos, Buck Martínez, de que había abandonado la almohadilla antes que saliese la pelota del guante del jardinero derecho Vernon Wells cambió toda la historia del partido.

El arbitro principal Neil Poulton le hizo caso y Japón no sólo no anotó sino que se quedó sin los otros dos jugadores en circulación ante la frustración del manejador de Japón Sadaharu Oh, que a través de un interprete trato de decirle que no era correcto lo hacía.

Nada importo, pero si las imágenes de televisión que mostraron claramente como la decisión de Poulton fue errónea y todo lo demás no tiene más valor que el resultado final que favoreció a Estados Unidos.

Antes de la jugada polémica, Japón se había puesto por delante en el marcador con parcial de 3-0 después de jonrón solitario de Ichiro Suzuki, el jardinero de los Marineros de Seattle, que fue el más crítico al terminar el partido por la decisión del árbitro.

«Es ridículo, esto no creo que sea la manera de ayudar al deporte del béisbol y menos al primer torneo del Clásico Mundial», comentó Suzuki. «Estados Unidos pude ganar el torneo, pero no de esta manera».

Japón consiguió dos anotaciones más en el segundo episodio con sencillos impulsador del torpedero Munenori Kawasaki para poner el marcador en 3-0 contra el abridor Jake Peavy.

Sin embargo, Estados Unidos reacciono en la parte baja de la segunda entrada con jonrón solitario de Chipper Jones, segundo cuadrangular que pega en lo que va de torneo, y tuvieron que esperar a que de nuevo como sucedió en el primer partido contra México, llegase el primera base Derrek Lee para también botar la pelota con un corredor en circulación y poner el empate en la pizarra.

Lee llegó a los tres jonrones en lo que va de torneo para ser hasta el momento el toletero más decisivo del equipo de Estados Unidos.

El cerrador de los Astros de Houston Brad Lidge (1-0) que lanzó el noveno episodio con tres bases por bolas y un ponche se llevó el triunfo.