Alex se convierte en manzana de la discordia

Alex se convierte en manzana de la discordia

HOUSTON (EFE).- El traspaso del torpedero dominicano Alex Rodríguez a los Medias Rojas de Boston ha quedado paralizado y en estado de «coma», pero ha dejado una guerra abierta, un nuevo enfrentamiento entre el sindicato de jugadores y los dueños de los equipos.

Otro de los efectos negativos ha sido dejar también en suspense el futuro del paracorto de origen mexicano Nomar Garciaparra, que ha descubierto que ya no cuenta como jugador «intocable».

La última novedad del traspaso de Rodríguez, que sigue siendo pelotero de los Vigilantes de Texas, llegó con el comunicado del comisionado del béisbol de las Grandes Ligas, Bud Selig, en el que oficialmente ponía fin a las conversaciones entre las tres partes por no haber podido llegar a un acuerdo sobre la reestructuración del contrato.

La decisión de Selig fue el último paso atrás que se dio en las negociaciones para que Rodríguez deje a los Vigilantes y se convierta en el nuevo Babe Ruth de los Medias Rojas.

Los dos equipos junto con el propio Rodríguez han estado trabajando para conseguir modificar el contrato por el que los Vigilantes todavía le tienen que pagar 176 millones de dólares de los 252 del contrato que firmó hace tres temporadas.

Sin embargo, cuando todo marchaba sobre ruedas entró en acción el sindicato de jugadores y, de manera categórica, expresó un «no» rotundo a hacer ningún tipo de cambio al actual contrato y la única opción que les dio fue que los Medias Rojas presentasen uno nuevo.

Rodríguez y los Medias Rojas habían alcanzado el miércoles un acuerdo, pero de acuerdo a Gene Orza, el segundo máximo responsable del sindicato, el mismo no podía ser aceptado porque reducía el valor del contrato, el más alto en la historia del deporte profesional en Estados Unidos.

«Claramente creo que los Medias Rojas y Rodríguez cruzaron la línea de lo permitido y por un amplio margen», señaló Orza. «Nuestro ofrecimiento fue muy claro y concreto para los Medias Rojas en que hiciesen un propuesta, a lo con todo el derecho dijeron que no».

Los Medias Rojas y los Vigilantes reiteraron públicamente que, por su parte, tenían todo listo para que se completase el traspaso.

«Debido a la naturaleza única y compleja de las negociaciones que rodean a una probable transacción que involucraría a Alex Rodríguez y a Manny Ramírez y al número de equipos participantes, las negociaciones no alcanzaron una conclusión exitosa para la fecha determinada», señaló Selig en un comunicado.

Selig también indicó que puso fin a su permiso «para que Boston y Alex Rodríguez sigan buscando esa transacción en este momento».

Hasta el momento no habido una reacción oficial de los Medias Rojas y los Vigilantes sobre la decisión del comisionado y se desconoce si las negociaciones podrían ser reanudadas posteriormente.

Durante la jornada de hoy, jueves, y antes que se cerrase el plazo legal, establecido para las cinco de la tarde hora de Nueva York, Rob Manfred, abogado que representa a los dueños de los equipos, dijo que las acciones del sindicato no tenían ningún sentido ni espacio jurídico por lo que el asunto podría ser llevado ante un mediador independiente.

Manfred explicó que las partes lo único que habían establecido era el hacer concesiones mutuas para que el traspaso se pudiese concretar.

Por su parte, Scott Boras, agente de Rodríguez, reconoció que si los Medias Rojas no presentan una propuesta que refleje el criterio del sindicato el acuerdo será muy difícil que pueda cerrarse.

Rodríguez también dio a conocer un comunicado en el que destaca que su único objetivo era el de «cooperar» de una manera constructiva para pode reestructurar su contrato, pero reconoció que siempre dentro de las normas legales que rige el convenio colectivo y el sindicato de jugadores.

«Reconozco el principio que destaca la necesidad de apoyar y proteger los intereses de mis compañeros los jugadores», subrayó Rodríguez.

El dueño de los Vigilantes, Tom Hicks, dijo que al haberse establecido un plazo fijo para concretar el traspaso, la acción del sindicato, de manera desafortunada, iban a tener la última palabra.

Tampoco el presidente de los Medias Rojas, Larry Lucchino, vio con buenos ojos las acciones del sindicato al considerar que la propuesta que les hacían era de «cambios radicales».

«Es un día triste cuando el sindicato no respeta el derecho de uno de sus miembros», destacó Lucchino. «El sindicato habla del derecho individual que tienen los jugadores a la ahora de las negociaciones y la libertad para elegir equipo, pero luego en la práctica demuestran todo lo contrario».

El dueño de los Yanquis de Nueva York, George Steinbrenner, eterno rival de los Medias Rojas, también quiso entrar a dar su opinión sobre el asunto y dijo de forma irónica que «si tuviese a Nomar no lo enviaría a ningún lado por todo lo que significa para el equipo y la ciudad».

Mientras, los expertos en las finanzas del béisbol profesional dijeron que los 300 millones de dólares que están en juego con el traspaso de Rodríguez y Ramírez iba a ser un factor muy difícil de poder superar por todas las implicaciones que se daban en el equilibrio económico de la liga.

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