Gracioso, espontáneo, conversador, en definitiva  encantador, así lució Alex Ubago en su concierto   la noche del sábado en la sala Carlos Piantini del Teatro Nacional, como parte de  su gira “Mentiras sinceras”.

Al culminar un conteo regresivo desde 10 proyectado a través de una pantalla gigante, apareció Alex a las 9:12 de la noche dispuesto a dejarlo todo en escena. Recibido por una  ola de aplausos que estremeció el Teatro, Ubago interpretó el primer tema de la noche, “Nunca dejé de creer”, acompañado de su fiel compañera, la guitarra.

Un juego de luces impresionantes ambientaba  la sala. El sonido de la banda integrada por cuatro músicos más la voz agradable y bien afinada del joven artista eran un deleite para los oídos.

Con “¿Sabes?”, “Calle ilusión” y “Estar contigo”, continuó el cantautor. Este último tema lo interpreta junto a los cantantes Lena y Jorge y comentó que decidió incluirla en su último disco “Mentiras sinceras”, “porque muchos de vosotros me habéis pedido que queréis escuchar esta canción cantada por mí solo”, según explicó.

El cantante, que se caracteriza por su sencillez pero sobre todo por su timidez, mostró a su público otra cara, al pasarse parte de la noche contando algunas anécdotas graciosas sobre sus experiencias a lo largo de su carrera. Una de ellas, contó, fue cuando  estaba en una discoteca y una chica le dijo que lo iba a enseñar a bailar reguetón y a “perrear”, historia  que causaba mucha risa en voz de Alex.

 Las fans se mantuvieron la noche entera gritándole frases de amor al artista, la más repetida fue “Te amo, Alex”.

Hilvanó con el segundo sencillo del nuevo álbum, “Mientras tú me quieras”, para continuar con “Me arrepiento”, de su cuarto disco “Calle Ilusión”, “Dueño de este mundo” y “Cuanto antes”. El cantante presentó a su banda y se despidió a las 11:26 de la noche con su éxito “Me muero  por conocerte”.

Especiales.  En una parte del concierto Alex pidió de favor que hicieran silencio para poder tocar la guitarra sin el amplificador y cantar sin el micrófono, favor que fue casi imposible de conseguir porque las chicas se mantuvieron  eufóricas. Pero al final logró tararear un trocito de uno de sus temas a capela.

Otro momento especial fue cuando pidió que le ayudaran a ambientar el momento “haciendo que llueva dentro del teatro” aplaudiendo primero con un solo dedo y luego con dos, este acto hizo que se escuchara un sonido semejante a la lluvia.   

Desaciertos.  En momentos uno de los hombres que al parecer formaba parte del equipo de producción  interrumpía en el escenario para arreglar algo en el sonido de la guitarra de Ubago.

También se vio poco profesional que  al inició del concierto se vieran chicos colocando el micrófono y haciendo pruebas de sonido que se supone deben de realizar antes del show o al menos detrás del telón.