Las alfombras de fibras naturales  ganan cada vez más protagonismo.Bambú, coco, sisal, rafia, yute… Son fibras naturales que proceden en su mayoría de la rica flora tropical o asiática y sin las cuales no hubieran podido concebirse estilos decorativos de primer orden, como el colonial.

Sin ellas tampoco disfrutaríamos esas maravillosas tendencias orientales bonitas, baratas y positivas para nuestra salud y la del medio ambiente que inundan los escaparates de la decoración.

Una alfombra de fibra vegetal sobre las duras y frías losetas ampliará la estética  de su dormitorio. Lo que antes era un desierto puede convertirse en una elegante estancia con la ayuda de una estera de coco, de sisal u otra fibra.

Están especialmente indicadas para poner un toque rústico en el salón de los pisos urbanos.

Este tipo de alfombras quedan muy bien en pasillos y puntos de unión entre dos zonas, por ejemplo, el paso del salón al comedor. Pero hay que tener mucho cuidado, pues al ser muy ligeras, requieren de algún tipo de sostén o apoyo en el suelo para que no se ruede de lugar y la gente no vaya a resbalar.

Además, al ser de dimensiones más pequeñas que las alfombras clásicas, habrá que elegir varias y tener muy presente las posibilidades de combinación con el resto de los elementos decorativos del espacio a cubrir.

También están muy de moda las alfombras “étnicas”, que se caracterizan por tener unos motivos fuera de lo común y una gran calidad en los materiales.

Gracias a las nuevas técnicas de fabricación, las de sisal se tiñen antes de tejerlas y se fabrican en múltiples colores, son extremadamente resistentes y se suelen emplear en sustitución del tapete de lana.

Las alfombras confeccionadas con estas fibras pueden colocarse prácticamente en cualquier lugar de la casa, salvo en las escaleras porque resultan en extremo deslizantes. Su mantenimiento el fácil y cómodo, basta cepillarlas y en caso de manchas, limpiarlas con una solución de agua de jabón.

El coco
Es una fibra sumamente rugosa y sale al mercado con su color natural o en tonos vivos. En tanto que las de paja o junco trenzado ofrecen motivos seductores, creados por el tejido de fibras a manera de gruesos encajes. Sus coloridos naturales armonizan con muebles rústicos e impregnan una sensación de frescura al  ambiente. Pueden situarse incluso en cocinas acondicionadas a la antigua usanza o en comedores pequeños.

Las claves

1- Dónde colocarlas

Estas alfombras no deben colocarse en lugares donde puedan ocurrir derrame de algún líquido, su color puede  afectarse por cualquier limpieza. Además, los derramamientos de agua pueden hacer que pierda color, especialmente  si es de   yute.

2-  Limpieza

Las fibras naturales prosperan con cuidados eficaces. La  limpieza debe hacerse con extrema cautela, ya que los métodos de limpieza de alta humedad pueden ser especialmente perjudiciales a estas alfombras. Puede llevarlas a lavar en seco a la lavandería. Si las lava en la casa puede correr el riesgo de dañarlas.