Alfombras, por una buena elección

Alfombras, por una buena elección

En el momento de adquirir una alfombra no sólo hay que pensar en el precio, sino también en su colocación y en el estilo o tendencia decorativa que desee imprimir al espacio. Conviene tener muy presente que, junto con el comedor, el salón es la zona de la casa que más se utiliza en la vida cotidiana. Es el ambiente que mejor expresa el gusto y la personalidad de los propietarios de la vivienda.

No hay que olvidar que, por lo general, no sólo se decora el salón para el disfrute y deleite de sus habitantes, sino para exhibirlo ante los invitados. En este punto las alfombras juegan un papel fundamental, pues es a través de ellas como se introduce en el hogar una tendencia decorativa determinada. Se impregna el ambiente de un cierto espíritu muy particular.

Antiguamente las alfombras se consideraban un artículo de lujo que sólo tenía cabida en los hogares más adinerados. Sin embargo, en las últimas décadas se han convertido en un elemento de uso común de todas las clases sociales.

El mercado ofrece alfombras de todos los tipos, calidades y materiales. Las más apreciadas por sus cualidades son las persas; las Gabbeth; las turcas de lana y las de Petit point, así como los kilims.

Las persas de lana se suelen utilizar para ambientes clásicos, porque tienen una larga vida y suelen estar realizadas con motivos y colores –azules y rojos– fáciles de combinar con toda clase de sofás, butacas o mesas de centro. Se acoplan a la perfección con los distintos motivos y colores de la tapicería.

Precisamente por su larga vida, es aconsejable no elegirlas en función de la decoración de la casa en ese momento, ya que, probablemente cambie la tapicería del sofá, las cortinas o el color de las paredes, antes de que las alfombras se deterioren. Por otra parte, como son muy sufridas y resistentes al paso del tiempo, se recomienda elegirla con algunos dibujos.

Elección y colocación de las alfombras

En cuanto a su colocación, existen tres formas básicas de disponerla en el salón: extendidas a los pies del sofá, si hay dos sofás dispuestos en ángulo recto, poniendo una alfombra delante de cada uno, de manera que formen una «L»; una segunda opción consiste en que el sofá se coloque de tal manera que pise parte de la alfombra, aproximadamente la mitad de la misma. Por último, que el sofá se sitúe justo encima de la alfombra.

Naturalmente, todo depende de la estructura del espacio y del tamaño del salón. Pero en cualquier caso habrá que tener muy presente el resultado final y, en función de ello, elegir el tipo de alfombra más adecuado. Es importante no perder de vista que, si el sofá queda por entero sobre la alfombra, el dibujo de ésta quedará visualmente descentrado, por lo tanto, si éste es el caso, es recomendable elegir un diseño que no tenga medallón central o bien ocultarlo debajo del centro.

En este caso tendrá que tener en cuenta que la alfombra deberá soportar un peso muy considerable y por lo tanto habrá de rotarla una o dos veces al año. Si decide situar la alfombra debajo del sofá conviene elegirla lisa, aunque en este caso conviene que sean de tonos fuertes y fáciles de combinar y limpiar.

Aunque las alfombras persas de lana suelen tener un precio mucho más elevado que las demás, a la larga resultan más económicas porque son muy resistentes a las manchas, debido a su contenido de lanolina y a su alta densidad de nudos, por lo que resultan las más apropiadas para soportar el ajetreo de una zona tan transitada como es el salón.

Una fórmula eficaz para que el pelo recupere su aspecto inicial es aprovechar cada rotación para aplicar en la zona aplastada unos cuantos cubitos de hielo; después hay que dejarla secar y, finalmente, peinarla con un cepillo o con los dedos.

Además de persas de lana el mercado ofrece otros modelos, tan buenos como la anterior. La petit point, por ejemplo, la cual resulta ideal para salones decorados con estilos ultramodernos o vanguardistas. Están especialmente indicadas, por su ligereza, para salones que no se quieran recargar demasiado.

Si opta por un modelo petit point, debe tener en cuenta que, precisamente por su ligereza, necesitan estar sujetas por algún mueble. Es decir, no queden quedar sueltas como las anteriores, sino que es preciso que las pise algún mueble pesado como el sofá o un sillón. Esta sujeción evitará las arrugas y el consiguiente riesgo de accidentes caseros como tropiezos.

Un atractivo adicional de este modelo es la calidez de sus dibujos, con grandes motivos florales que recuerdan las viejas labores de bordado y transmiten una cierta reminiscencia del romanticismo. La ligereza de sus fibras naturales la convierte en el complemento ideal para salones de aspecto rústico. EFE REPORTAJES

La gabbeh, también de origen persa pero más sencillo y, por lo tanto mucho más económico, transmite una sensación de calidez debido a sus pelos largos. Se caracterizan porque sus pequeños dibujos, tradicionalmente compuestos por motivos de animales o figuras con formas geométricas, suelen alinearse en filas paralelas a los bordes del mueble que lo antecede.

Esto les confiere un aire «minimalista» que encaja a la perfección en salones donde el mobiliario se distingue por tener formas rectas. En cuanto a los kilims, dan al salón un aspecto de vitalidad y dinamismo por sus marcados contrastes cromáticos.

Alfombras de fibras vegetal

Los kilims quedan muy bien en pasillos y punto de unión entre dos zonas, por ejemplo, el paso del salón al comedor. Al igual que con la alfombra anterior, hay que tener mucho cuidado, pues, al ser muy ligeras requieren de algún tipo de sostén o apoyo al suelo. Además, al ser de dimensiones más pequeñas que las clásicas alfombras, habrá que elegir varias y tener muy presente las posibilidades de combinación con el resto de los elementos decorativos del espacio a cubrir.

Junto a las clásicas y tradicionales alfombras de lana se encuentran las de fibras naturales, las cuales ganan cada vez más protagonismo. Están especialmente indicadas para poner un toque rústico en el salón de los pisos urbanos. Las de sisal o yute pueden cortarse a la medida fácilmente y ribetearse con la misma tapicería del sofá, por lo que suelen utilizarse como moquetas.

También están muy de moda las denominadas «étnicas», que se caracterizan por tener unos motivos fuera de lo corriente y una gran calidad en los materiales finales. Gracias a las nuevas técnicas de fabricación, las de sisal se tiñen antes de tejerlas y se fabrican en múltiples coloridos, son extremadamente resistentes y se suelen emplear en sustitución de la moqueta de lana.

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