Alfred Nobel: El científico y el filántropo

Alfred Nobel: El científico y el filántropo

EDUARDO KLINGER PEVIDA
Se acaban de dar a conocer, como cada año, los Premios Nobel. Momento oportuno para que en esta ocasión conozcamos al hombre y sus intenciones. En otro momento comentaremos sobre los premios en sí. Alfred Nobel, industrial y químico sueco, nacido en Estocolmo en 1833. 

Dejó al morir en 1896 un testamento que ha mantenido presente su nombre y gesto altruista en boca de muchas generaciones y que ha contribuido notablemente al realce mundial de la investigación científica y literaria así como a la labor pacifista. 

“Las conquistas de la investigación científica… nos infunden la esperanza de que los microbios, tanto los del alma como los del cuerpo, serán exterminados gradualmente y de que la única que librará  la humanidad en el futuro será la guerra contra esos microbios».  La intención  evidente era estimular a que la humanidad continuara incrementando y profundizando, para su propio bien,  en la labor investigativa.

Su apego al trabajo científico le venía dado por vocación personal y ambiente familiar. El padre fue inventor de nuevos tipos de minas terrestres y submarinas. Dominó cinco idiomas e incursionó con éxito y de manera relevante en el campo de las investigaciones científicas y la actividad industrial.

El sabio sueco logró desarrollar la nitroglicerina que, patentada en 1867, lo presenta como el inventor de la dinamita, revolucionando diversas ramas de la construcción y explotación minera. Uno de sus resultados científicos más conocidos fue el famoso «deflagrador de Nobel». También produjo la gelatina explosiva, la balistita, que fue la primera pólvora sin humo a base de nitroglicerina.

Desarrolló valiosos materiales sintéticos. Nobel llegó a tener 355 patentes bajo su autoría. Instaló 90 fábricas y empresas en 20 países, siendo, de hecho, pionero de las empresas multinacionales.

Algunas de las industrias más importantes de hoy día en la rama química tienen su origen en compañías fundadas por Nobel: entre otras, la Imperial Chemical Industries (ICI), Societé Centrale de Dynamité y la Dynamit Nobel A.G.

Los hermanos de Alfred, quienes junto a éste y a toda la familia habían vivido en Rusia desde niños, impulsaron la explotación de los yacimientos petrolíferos en Bakú. Por su riqueza y constante desplazamiento internacional, algunos lo calificaron como el «vagabundo más rico de Europa».

Su interés por la paz parece estar fuertemente influenciada por su profunda amistad con la baronesa austríaca Bertha von Suttner, promotora  del movimiento pacifista de Europa y quien recibiría el propio Premio Nobel de la Paz en 1905.

Los ingresos de sus inversiones debían ser “ distribuidos cada año en forma de premios a las personas que, durante al año anterior, hayan aportado los mayores beneficios a la humanidad».

Las disciplinas escogidas fueron: Física, Química, Medicina (Fisiología), Literatura y la Paz. El encargo de crear el Premio y a la institución que lo entregaría recayó en los dos países que integraban entonces el llamado Reino Unido de Suecia y Noruega. El otorgamiento de esos reconocimientos morales y materiales se inició en 1901.

La Fundación Nobel  se fundó en 1900. A ella le fue asignada la administración económica del capital heredado y la responsabilidad de actuar como eje central de la organización Nobel. Dicha Fundación organiza anualmente las solemnes ceremonias de entrega de los Premios.

En su testamento, Nobel asignó la tarea de seleccionar a los laureados de cada año a diferentes instituciones con la misión expresa de que no hubiera discriminaciones:

» … Los Premios de Física y de Química serán concedidos por la Real Academia Sueca de Ciencias; el de Física y Medicina por Karolinska Institutet de Estocolmo; el de Literatura por la Academia Sueca en Estocolmo y el de los paladines de la Paz por un Comité de cinco personas elegidas por el Parlamento noruego. Es mi voluntad expresa que, en la adjudicación de los premios, no se considere en forma alguna la nacionalidad de los candidatos, sino que deberá recibir el premio el más digno, independientemente de que sea escandinavo o no».

Nobel no consideró en su legado a las ciencias económicas. Estas no se introducen hasta el año 1968 en memoria del distinguido sueco, a propuesta del Banco Nacional de Suecia – con motivo de su tricentenario – mediante una carta de donación a los fondos de la Fundación.

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