Además de los barcos hundidos, los fondos marinos esconden otros tesoros de incalculable valor: las algas. Estos organismos acuáticos absorben las propiedades más beneficiosas del mar. Oxígeno, sales minerales, yodo, hierro… su completa composición hace que valgan para curar casi todos los males menores de belleza y salud.
Esas arrugas incipientes o esos centímetros de más en el abdomen se hacen menos visibles después de un tratamiento a base de algas, un cosmético natural que además es uno de los alimentos más nutritivos del mercado.
Las algas son seres vivos que se alimentan por sí mismos mediante la fotosíntesis, igual que las plantas que crecen en la superficie terrestre. Pero la diferencia es que las algas viven en aguas dulces o saladas y a distintas profundidades, lo que hace que varíe el color verde natural que le aporta la clorofila. Cada tonalidad tiene una propiedad beneficiosa para el cuidado de nuestro cuerpo.
Un mar de colores saludables
Además de sus propiedades adelgazantes y reafirmantes, las algas empiezan a ganar popularidad en todo el mundo como alimento.
Las algas que descansan en el fondo del mar, donde apenas llega la luz del sol, son las pardas. Entre ellas se encuentran las Laminarias, utilizadas en las dietas de adelgazamiento. Al regular la producción de glándulas sebáceas, también son aconsejables para combatir el acné. Las algas rojas, situadas en las capas intermedias del mar, pueden echarnos una mano para mejorar nuestra figura. Y es que algunas especies desintoxicantes, como la Chondrus Chrispus y la Gelidium, evitan la retención de líquidos.
De esto saben mucho las algas verdes, que nadan cerca de la superficie. Por su acción diurética, son las más adecuadas para vencer la celulitis y los problemas circulatorios. Su poder lo explica la alta concentración de fibra presente en modalidades como la Laminaria Digitata, además de la gran cantidad de calcio y magnesio con la que cuentan otras ramas de la familia como la Lithotamerica. Con todas estas ventajas, no es de extrañar que las algas sean cada vez más demandadas en los centros de belleza.
Los tratamientos de belleza marinos, también llamados de thalasoterapia, aprovechan al máximo todos los recursos del mar para conseguir una imagen más saludable. Los más auténticos se sitúan en zonas costeras, donde el aire y el clima marino son un incentivo que potencia el poder de las algas sobre la piel. Además de desintoxicar, tonificar y ayudar a adelgazar, estos seres vivos combaten el estrés y la fatiga. Al absorber una gran cantidad de oxígeno del mar, hacen rejuvenecer la piel, un efecto que también se consigue con su consumo.
La esencia del mar en su plato
Sales minerales, vitaminas, proteínas, oligoelementos, aminoácidos… con toda esta variedad de nutrientes, ¿cómo resistirse a probar las algas?. Más aún sabiendo que se trata de un alimento antioxidante, es decir, que retrasa el envejecimiento de las células, y que tiene más calcio que la leche y más hierro que las lentejas. Sin embargo, hay que tener mucho cuidado… de las más de 600 especies de algas conocidas, sólo son comestibles una pequeña parte. Por eso es importante que recuerde los nombres de las más populares.
Aunque el nombre de nori no le resulte demasiado familiar, seguro lo ha visto cientos de veces. Es el alga con la que se elabora el famoso sushi o pescado crudo japonés. Su color rojo original se convierte en negro al secarse y en verde al cocerse. El hiziki se reconoce fácilmente con un simple vistazo, porque son pequeñas ramas de color negro semejantes a fideos aunque con un sabor mucho más fuerte. Prácticamente igual pero más dulce es el arame. El alga wakame parece una gran escarola y sabe tan suave como el agar-agar, aunque las hojas de ésta son transparentes. Sin embargo, ver algas como éstas en comercios y restaurantes ya no resulta tan exótico…
En los últimos años se ha duplicado el consumo mundial de este vegetal. Al lado de Japón, el principal productor y exportador del mundo de este producto, que llega a constituir el 25 por ciento de la dieta de los japoneses, nuevos países como Estados Unidos están apuntándose a la moda de incluir las algas en las comidas. Chile o la Patagonia también empiezan a animarse a tomarlas como guarniciónº de arroces e incluso dulces tras someterlas a un proceso de secado. Pero la conquista más sorprendente de las algas podría ser la del espacio, donde se espera que formen parte de la dieta de los astronautas.
EFE-Reportaje