Algo contundente hay que hacer

Algo contundente hay que hacer

No soy especialista en el tema, pero algo efectivo, realmente contundente, no rutinario, hay que hacer para parar esta hemorragia de muertes y heridos a consecuencia de accidentes de tránsito, que cada vez tienen más de homicidio que de accidente.

Por la forma irresponsable y temeraria, más que descuidada, del uso abusivo que se hace para convertir en instrumento de muerte y asaltos unidades vehiculares, de distinto volumen y tamaño, unida a la indolencia y falta de autoridad de los llamados agentes del tránsito, de sus oficiales y superiores, responsables de su correcto comportamiento como de su conducta medalaganaria.

Algo urgente y drástico, sin llegar a lo draconiano, tiene que hacerse para adecentar y civilizar esta anarquía; detener con medidas efectivas, preventivas y punitivas, este total desorden, que vayan desde un programa educativo, civilista, intenso y permanente (no esporádico) que involucre seriamente a la sociedad y a los diversos organismos técnicos y administrativos del gobierno con funciones normativas y ejecutivas y de acciones punitivas para los que incurren en el irrespeto descarado a la Ley (civiles, policiales y militares) y de las señales de tránsito, debidamente señalizadas en calles, avenidas, carreteras y autopistas, con dotaciones de agentes bien entrenados, conscientes de sus obligaciones (lo cortés no quita lo valiente) y con recursos suficientes para hacer efectiva su autoridad y darle protección al necesitado.

Mi propuesta es que el Presidente de la República se empodere del grave problema, que no es solo policial, y convoque de inmediato a las cabezas de todas las autoridades involucradas, civiles y militares; de los diversos sindicatos y federaciones, de organismos de la sociedad civil, de comunidades religiosas, líderes políticos los medios de comunicación y expertos en el ramo, para que todos juntos hagamos un compromiso de honor. Un compromiso con la nación, diseñando, aprobando difundiendo y ejecutando un plan maestro, integral, con metas y mecanismos precisos, que canalice esfuerzos y recursos para atajar y conjurar esta desgracia que cada vez cobra mayores víctimas, conturba la sociedad y hace que se sienta más desprotegida la seguridad ciudadana. Algo productivo, comprometedor. ¡Algo hay que hacer!

PS. El compromiso nunca se firmó. La sugerencia fue engavetada. Se desempolvó tiempo más tarde, como elemento de campaña política, cuando su autor pereció en un trágico “accidente” y su familia quedó desgarrada.

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