Para que una vela no humee, échele sal, así hacían los antiguos egipcios en sus mechas de aceite que usaban para iluminar.
Mehmet Alí (1769-1849), considerado fundador del Egipto moderno, le regaló al rey Luis XVI de Francia un obelisco de una sola pieza que sacaron del Palacio de Luxor, Egipto, donde se conserva su base vacía, a cambio de un reloj que nunca funciónó. Es el obelisco que está en la Plaza de La Concordia, en Paris.
En el Templo de Karnak, en Luxor, hay una escultura con forma de escarabajo gigante que según la leyenda representaba buena suerte y larga vida. La tradición es que el visitante debe dar 7 vueltas a su alrededor, en dirección contraria al reloj, y se pide un deseo diferente cada vez que se completa una vuelta. Por si acaso, yo di mis 7 vueltas.
Las torres de las mezquitas se llaman alminarete. Se utilizaban para llamar al rezo cinco veces al dia. Ya no se utilizan porque ahora tienen altoparlantes y, créanme, ¡se oyen por todas partes!.
Alejandría tiene su nombre en honor a Alejandro Magno. Antes se llamó Farus por el famoso faro. El faro se destruyó en un terremoto en el siglo XVII y con sus piedras hicieron la verja de la fortaleza Qaitbay, localizada a la orillas del mar Mediterráneo.
Los principales productos de Egipto que respaldan su economía son: el Canal de Suez, turismo, petróleo, algodón y azúcar de caña.
El papiro, utilizado por los antiguos egipcios para escribir, aunque esté duro, si se moja, vuelve a su forma flexible. La expulsión de humedad lo vuelve rígido.