Dedico  esta columna a mi hermana Hilda Ramírez López-Penha de Simonis, quien está de cumpleaños hoy.

Un día  como hoy, de 1949, el   primer ministro de Israel, David Ben-Gurión, proclamó a Jerusalén capital del Estado de Israel,  sede de todos los poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, así como la residencia del Presidente y del Primer Ministro, la Knéset (Asamblea) y la Corte Suprema de Justicia.

El templo  de La Cúpula de la Roca, con su cúpula dorada, es uno de los lugares más representativos de Jerusalén.  Lugar sagrado para los musulmanes porque creen que la roca que se encuentra en el centro de la Cúpula es el punto desde el cual Mahoma ascendió a los cielos para reunirse con Dios, acompañado por el ángel Gabriel.  Los judíos afirman que allí fue donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac y donde Jacob vio la escalera al cielo. Lugar sagrado pues en él se encontraba el “Sancta Sanctorum”, con las Tablas de la Ley.

La Basílica  de la Agonía, en Getsemaní, Jerusalén, conserva una sección de la base rocosa identificada como el lugar donde Jesús fue a orar en el huerto, lloró y sudó sangre, la noche en que fue detenido.

El Cenáculo  en cuyo piso superior Jesús celebró la Ultima Cena, el lavatorio de los pies; donde los discípulos recibieron el Espíritu Santo en Pentecostés y se instituyó el ministerio del sacerdocio.  En la parte inferior se encuentra la que se supone tumba de David.

En la  Iglesia del Padre Nuestro, donde Jesús enseñó la oración, se puede ver el Padre Nuestro en casi todas las lenguas.