Es más fácil recordar caras que nombres. Cuando vemos una cara solo tratamos de determinar si es familiar o no, mientras que cuando vemos a una persona que si conocemos y queremos pensar en su nombre, el esfuerzo es mayor porque para llegar a la región del cerebro donde se almacenan los nombres se necesita procesar información.
Los cocodrilos no pueden mover la lengua ni tampoco masticar. Sus jugos gástricos son tan fuertes que digieren un clavo de acero.
Las barbas de pelo rubio crecen más rápido que las de pelo oscuro.
La palabra odisea proviene de que luego de que Homero creara La Ilíada sobre la guerra de Troya, también escribió La Odisea, que contaba la historia del héroe Odiseo o mejor conocido como Ulises. Luego de finalizada la guerra, este pers onaje tardó veinte años en regresar a su hogar pasando toda clase de problemas y vicisitudes. Odiseo paso a la lengua significando un largo tiempo, muchos problemas y peripecias usualmente desagradables.
Para lograr un mejor sabor cuando cocinemos un caldo, la carne debe ponerse con el agua fría, nunca caliente.
Se dice que la tradición de decir Jesús o salud cuando alguien estornuda se debe a que como el estornudo era el principio de diversas enfermedades, se le pedía a Jesús o Dios que apartara las infecciones. También había la creencia de que de esa manera se evitaba que entraran demonios por la boca.
En el siglo IX el Papa ordenó que colocaran un gallo en los campanarios de las iglesias para simbolizar que San Pedro negara tres veces a Jesús antes del canto del gallo según el Evangelio de San Marcos.