Cerrar los ojos al estornudar es un mecanismo de protección de nuestro cuerpo ya que la corriente de aire que sale de los pulmones y llega hasta la nariz pasa a mucha velocidad, tanta que si parte de ese aire se escapara por los globos oculares podría dañarlos.

Los signos de multiplicación x y división fueron introducidos por William Oughtred en el año 1657.

El preservativo masculino data del siglo XVI, y su invención se atribuye al italiano Gabriel Folopio, profesor de Anatomía de la Universidad de Padua. No tenía fines anticonceptivos, sino prevenir contagios venéreos, como el de la sífilis. Luego, a mediados del siglo XVII, Carlos II de Inglaterra le expresó a Condom, su médico, sobre su preocupación de estar procreando bastardos reales, y fue lo que movió al médico de la corte a ingeniar un nuevo dispositivo. Al pobre doctor aquello le costó tener que cambiar de nombre, porque sus enemigos se burlaron de el de forma despiadada. El preservativo, como hoy lo conocemos, fue popularizado por Charles Goodyear. De ser un producto artesanal, se convirtió en un producto de elaboración sencilla, que se podía hacer en serie, al descubrirse la vulcanización del caucho. Con ello nació el profiláctico de goma.

La multiplicación era considerada muy difícil y, hasta el siglo XVI, solo se enseñaba en las universidades.

Si se cuentan las escamas de una piña, se observará que aparecen en espiral alrededor del vértice.

Muchos recordaremos el árabe que aparece en el libro de algebra de Baldor, quien era Mohammeid ibn-Musa Al-Jwarizmi (780-846), matemático árabe.