El término “chabacano” se refiere a aquella persona con comportamiento de mal gusto y ordinaria. A principios de 1600, el Imperio español llevó al sur de las Filipinas, en ese entonces colonia española, gran cantidad de trabajadores, cuyo idioma se ligó con el filipino creando un dialecto entre las clases trabajadoras. Esta forma de hablar se le llamó “lengua chabacana”. Algunos historiadoras dicen que derivó de la palabra “chaval”.
Como el dialecto o “lengua chabana” era utilizado por las clases más bajas sin educación, buenas maneras ni cultura, con el tiempo se convirtió en un sinónimo de “grosero” u “ordinario”.
Cuando se habla de “abrir la caja de Pandora” se refiere a desencadenar conflictos y problemas. Su origen proviene de la mitología griega cuando por orden de Zeus, Héfesto, dios del fuego, de herreros, artesanos, escultores y metales, creó a Pandora con forma de mujer, con dotes de belleza, seducción y sensualidad, a quien cada uno de los dioses le otorgó un don. Pero la creación de esta mujer fue la venganza de Zeus contra los hombres por la traición de Prometeo, un titán protector de los humanos, que robó el fuego sagrado y lo entregó a los mortales.
Zeus le entregó a Pandora una caja o vasija en la que estaban todos los males y fue enviada a la tierra a visitar a Epimeteo, hermano de Prometeo, frente al que tentada por la curiosidad abrió el recipiente y dejó escapar todo su fatal contenido surgiendo las enfermedades y demás calamidades que aquejan al género humano. Pandora cerró rápidamente la caja, pero en su interior solo quedaba la esperanza que se encontraba en el fondo.
Según este mito, a los humanos solo nos queda la esperanza de superar con esfuerzo todos los males que nos aquejan, hacerlos volver a la caja y cerrarla con siete llaves.