La frase “A ojo de buen cubero” se refiere a algo que se hace de forma aproximada y sin precisión, sin utilizar ningún tipo de instrumento de medición. Hace muchos años, los cuberos fabricaban artesanalmente las “cubas” que contenían vino, agua, aceite o cualquier otro líquido y sus tamaños eran diversos.
Los cuberos a puro ojo fabricaban las cubas tratando de que fueran del mismo tamaño todas dependiendo de la capacidad que se quería.
Los colores de las vestiduras litúrgicas o la ropa usada por los sacerdotes de varios rangos en el contexto de las ceremonias y celebraciones religiosas son: Morado o violeta es signo de penitencia, modestia y humildad. Se emplea durante el Adviento y la Cuaresma, vigilias, sacramentos de penitencia, unción de enfermos, bendición de las cenizas.
Rosa: es símbolo de alegría, pero de una alegría efímera. Se usa el tercer domingo de Adviento y Cuaresma. Anuncia la cercanía de la Navidad y Pascua. Verde: es el color ordinario del año y significa esperanza.
Rojo: recuerda el color de la sangre de los Mártires y el Espíritu Santo. Usado en Viernes Santo, Domingo de Ramos, Pentecostés y en las fiestas de los Santos Mártires.
Blanco: simboliza la luz y la vida, por eso se usa en ocasión del Bautismo, en Navidad y en la Pascua. Negro: se usa sobre todo para las conmemoraciones de los difuntos y para los funerales. El color negro es reemplazado por el color morado o violetas.
Las vestiduras litúrgicas deben estar bien hechas y llamativas. Se derivan de la ropa de los griegos y romanos dignatarios, pertenecientes a la clase alta y lo demostraban con la ropa. Los primeros sacerdotes cristianos eran totalmente espirituales, pero sin embargo su ropa tenía que expresar grandeza.