Algo de todo

Algo de todo

Gracias al descubrimiento de unos archivos de la época nazi se ha podido saber por qué Adolfo Hitler usaba el bigote «cepillo». Hitler no siempre llevó ese bigote reducido y cuadrado que se convirtió en su marca personal. Su bigote era frondoso hasta que decidió recortárselo por motivos desconocidos.

Alexander Frey, un compañero de Hitler en la Primera Guerra Mundial, ambos soldados, cuenta en sus papeles de archivo que Hitler recibió la orden de que debía recortar su copioso bigote para poder colocarse correctamente la máscara antigas.

Frey cuenta que el vello facial de Hitler disimulaba un aspecto desagradable de su boca que quedaba al descubierto con su nuevo corte. Habiendo obedecido las órdenes, de poco le sirvió su nuevo bigote y las máscaras de respiración, porque quedó temporalmente ciego por un ataque con gas mostaza en 1918.

La costumbre de vestir de negro en los funerales, muy común en la cultura occidental, se interpreta como una manifestación de respeto hacia el difunto. Sin embargo, la procedencia de esta tradición no es muy clara. Estudios antropológicos señalan su posible origen en el miedo ancestral de los vivos a ser poseídos por los espíritus de los muertos. Así, en los ritos funerarios los hombres primitivos se camuflaban pintando sus cuerpos de negro para impedir que el alma del fallecido encontrara un nuevo cuerpo donde asentarse.

Esta hipótesis es corroborada por el hecho de que los habitantes de ciertas tribus africanas cubran su piel con cenizas blancas en los funerales, escondiendo así el color negro de su epidermis a la vista de los espíritus. Algo parecido sucede también en la India, donde tradicionalmente el color del luto es blanco, en contraposición a la tez morena de sus habitantes.

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