Algo De Todo

Algo De Todo

Elsa Ramírez de Miura

El 10 de mayo de 1508, Miguel Angel Buonarroti empezó a pintar por encargo del papa Julio II, la impresionante bóveda de la Capilla Sixtina en el Vaticano, que acabó cuatro años y cinco meses después.

En la antigüedad, los santos de la Iglesia Católica eran escogidos por aclamación popular. Luego le correspondía a los obispos la declaración de los santos en sus diócesis. Fue el Obispo Cipriano de Cartago quien recomendó, en el siglo III, que se investigara la vida de los aclamados a santificarse para asegurarse que tenía los méritos necesarios.

A finales del siglo X se instituyó la canonización con cinco pasos a seguir:

1.postulación luego de 5 años de fallecido el candidato. 2. Declararlo como Siervo de Dios. 3. Declararlo como venerable. 4.Beatificación, probar un milagro debido a su intervención. 5. Canonización, tras demostrar un segundo milagro. A los santos reconocidos se les asignó un día de fiesta en el calendario, generalmente el aniversario de su muerte.

El primer santo canonizado de acuerdo a estas normas fue Ulrico de Augsburgo, obispo destacado en el inicio del Sacro Imperio Romano Germánico, que sería elevado a los altares el 4 de julio del año 993. La primera santa canónica fue la anacoreta, monja y mártir suiza, Viborada de Saint Gall, en 1047.

En 1234, el derecho de canonización era exclusivo de los papas. En 1588 el pontífice Sixto V puso el proceso en manos de la Sagrada Congregación de Ritos, que en 1969 se convertió en la Congregación para las Causas de los Santos por mandato del Papa Pablo VI.

La Iglesia Católica cuenta con 7,000 santos que aparecen en la última edición del Martirologio Romano, presentada en 2005. A esos hay que agregar los que han proclamado Benedicto XVI y el Papa Francisco, que son unos dos mil más.

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