El 26 de noviembre se celebra el Día Nacional del Merengue en nuestro país, por Decreto presidencial No. 619-05, fechado 11 de noviembre del 2005. El 30 de noviembre del 2016, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) declaró el merengue de República Dominicana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
El término “merengue” ritmo sabroso de nuestra tierra, surge a mediados del siglo XIX, derivado de la contradanza y en el corazón del Cibao. Existen muchas opiniones sobre su origen. Algunos historiadores afirman que proviene del francés “Meringue”, dulce suizo y que pasó a Haití para denominar un ritmo y baile.
Emilio Rodríguez Demorizi escribió que el merengue nació entre 1844 y 1855 como una forma de danza. En esa época, el cuatro fue sustituido por el acordeón.
Luis Alberti cita que se creó entre 1844 y 1850 y que existió en los pueblos de dominación española.
Flérida de Nolasco dijo que se le dio el nombre por lo ligero, parecido a la contextura del dulce del mismo nombre o por la ligereza de pasos cortos como el batir la clara del huevo.
María Cadilla de Martínez afirmó que proviene de la “upa”, ritmo bailable cubano, coincidiendo con Fradique Lizardo y es la teoría más aceptada, que el género viene del baile cubano UPA, que contaba con una parte llamada merengue, y que llegó a nuestro país vía Puerto Rico. Estas informaciones las obtuvimos de Historia Dom. en Gráficas.
Las primeras composiciones de merengue se le atribuyen al Coronel Juan Bautista Alfonseca. Por tiempo, el merengue fue rechazado por las clases altas y se realizaron varias campañas para desacreditarlo.
Trujillo lo implantó y lo llevó a los salones de baile. Su ritmo se popularizó de tal forma que se convirtió en símbolo nacional.