Uno de los tangos más famosos es el titulado “Caminito”. Su letra es de Gabino Coria Peñalosa y la música de Juan Filiberto. Corría el año 1902 cuando por la crecida de un río, Gabino tuvo que permanecer en el pueblo argentino de Olta, en La región de Rioja. Allí conoció a una joven quinceañera llamada María quien tocaba el piano y se enamoró perdidamente de ella, siendo de inmediato correspondido por la joven.

María había sido comprometida por sus padres con un alto oficial, por lo que Gabino y ella se encontraban en secreto yendo por un caminito de bella vegetación cerca de un cauce de agua, entre el pueblo de Olta y Loma Blanca, donde consumaron su amor.

Al bajar las aguas, Gabino partió a realizar su trabajo, regresó a los 5 meses para encontrarse con la triste noticia de que María no estaba y jamás la volvió a ver, pues sus padres se la llevaron lejos al enterarse de que estaba embarazada de Gabino.

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A los pocos días de su devastadora experiencia, escribió unos versos que en parte dice “caminito que el tiempo ha borrado, que juntos un día nos viste pasar”. Al terminar el poema lo tituló “Caminito” refiriéndose a aquel sendero solitario testigo de su amor, y lo guardo por largos años.

Pasado el tiempo, en Buenos Aires, Gabino trabajo en afamadas revistas y en el diario La Nación, codeándose con grandes artistas como Carlos Gardel y Juan de Dios Filiberto.

En 1926, Gabino y Juan de Dios Filiberto deciden participar en un concurso de tangos inéditos. Filiberto le muestra una melodía inspirada en una bella dama a la que vio en un camino del barrio de La Boca, y Gabino le pone los versos que había guardado por 15 años. Tanto letra como música habían sido inspirados por dos mujeres diferentes, en dos caminos distintos. “Caminito” ganó el primer lugar.

En 1927, Ignacio Corcini, actor y cantante muy popular, incorporó “Caminito” en una obra teatral y comienza su popularidad. Gardel la grabo dos veces y lo demás es historia.

Tal vez María jamás supo que ella fue la inspiración y Gabino jamás conoció a su hijo.

Al turismo se le hace creer que el “caminito” del Barrio de la Boca es el de la letra, pero en realidad fue el que inspiró sólo la música.