A partir de la revolución industrial, el tráfico de carruajes se incrementó y los accidentes también, fue entonces que se vio la necesidad de controlar ese tráfico.
El 9 de diciembre de 1868, John Peake Knight, gerente de una estación de tren, inventó un sistema manual de luces de colores alimentado por gas con el objetivo de controlar el tráfico de los carruajes tirados por caballos, en el que la luz roja significaba “parar” y la verde “ir”.
Este aparato se instaló en una intersección de la ciudad de Londres, Inglaterra. Media 22 pies de altura y tenía 3 brazos que giraban para arriba y para abajo manejado por un oficial y se encendía en las noches. Un escape de gas provocó una explosión dejando el invento en desuso por muchos años por los heridos, daños y miedo que ocasionó.
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Con la fabricación del carro Modelo T de Ford en 1908, los carruajes fueron disminuyendo y los automóviles en aumento. Para 1912 el tráfico era peligroso y es cuando Lester Wire, un oficial norteamericano, inventó el primer semáforo eléctrico. En 1914, James Hogue, le agregó al ya existente un zumbador que anunciaba el cambio de luz del semáforo. Este nuevo aparato podía ser controlado desde una estación de bomberos o policía en caso de ser necesario para una rápida movilización.
William Potts inventó el primer semáforo tricolor de cuatro vías en 1920, instalándose en la ciudad de Detroit, Michigan, pero Garrett Morgan, un hijo de esclavos que se convirtió en inventor y hombre de negocios, fue el primero en presentar patente para un semáforo de 3 colores. En 1935 se establecieron los estándares de luz roja, amarilla y verde. En 1963 Toronto fue la primera en tener un sistema computarizado.