A Albert Einstein le fue ofrecido ser el segundo presidente de Israel en 1952, pero no aceptó y declinó la oferta.
Abraham Lincoln fue el decimosexto presidente de los Estados Unidos. Era delgado y larguirucho, con 180 libras de peso y seis pies cuatro pulgadas de alto, pero al trabajar en sus primeros años en la agricultura de su natal Kentucky y trabajar como divisor de rieles por varios años, lo ayudaron a hacerse de contextura fuerte.
Antes de Lincoln iniciar sus estudios de leyes, practicó y se destacó en su deporte favorito, la lucha libre. Según Bob Dellinger, director emérito del Salón de la Fama de la Lucha Libre Nacional en Stillwater, Oklahoma, de 300 combates en que participó en 12 años, ganó 299. A los 21 años, en 1830, fue campeón de lucha libre de su condado en Illinois.
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Una de las peleas más sonadas de Lincoln fue en contra de Jack Armstrong, líder de una banda que tenía atemorizada a toda la comunidad y quienes se jactaban de que ni Lincoln podría vencerlo. Lincoln le aceptó el reto y durante el combate le dio un knocked-out dejándolo inconsciente. Tiempo después, Armstrong y Lincoln se hicieron grandes amigos hasta el punto de que Lincoln defendió a Armstrong en un caso judicial.
Sus habilidades fueron reconocidas formalmente por el Salón de la Fama de la Lucha Libre Nacional, cuando en 1992 incorporó a Lincoln como “Ciudadano Sobresaliente” en el deporte. Un mural justo dentro de las puertas de entrada del Museo del Salón de la Fama en Stillwater, Oklahoma, muestra a Lincoln en plena lucha libre.
Otros presidentes norteamericanos que practicaron la Lucha Libre fueron George Washington, William Taft, Andrew Jackson, Chester Arthur, Ulysses Grant, Zachary Taylor y Theodore Roosevelt.