El hecho de que la corona de Inglaterra no paga impuestos se debe al pacto que hizo el rey George con el gobierno en 1760 para que el ingreso excedente de las tierras de la corona fuera destinados al Tesoro y no pagar al Estado.

Agradezco a mi amigo Valentín Ramos que me hizo llegar la historia del chicharrón de pollo. Resulta que un cocinero chino llamado Rodolfo Wu, llegó a la República Dominicana en los años 20 y consigue trabajo con John Sang, un chino canadiense, dueño de varios restaurantes entre los que se encontraba el Royal Palace en La Vega.

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El tirano Rafael Leónidas Trujillo gustaba mucho de la cocina de Sang y tenía la costumbre de parar a comer en su restaurant siempre que visitaba el Cibao. Resulta que un día Trujillo llega al restaurant de Sang de improviso y le expresa que tenía hambre y que le preparara uno de sus deliciosos platos orientales.

John Sang va presuroso y nervioso donde su cocinero Rodolfo Wu y le expresa el deseo de Trujillo. Wu, asustado de no tener nada preparados a mano, echa mano de unos muslos de pollo que tenía en reserva y los pica en pedazos medianos, los sazona con sal, pimienta blanca, ron blanco y limón y luego los paso por harina de trigo con un poco de sal y pimiento blanca. Puso un caldero con aceite bien caliente y echo los trozos a freír.

El resultado del invento de Rodolfo Wu gusto tanto al Generalísimo que hizo llamar al cocinero a su presencia para decirle de su agrado y preguntarle por el plato que acababa de degustar. Wu, entre el nerviosismo y el susto le responde que eso era “chichalón de pollo”. Es así que el plato se da a conocer como “chicharron de pollo” y comenzó a formar parte del menú de todos los restaurantes chinos.