Mañana celebramos el Día de Nuestra Señora de la Altagracia, protectora del Pueblo Dominicano. El marco del cuadro de la Virgen fue confeccionado en el siglo XVIII, de artista desconocido, utilizando oro, esmaltes y piedras preciosas que seguramente fueron ofrecidas a la Virgen por feligreses devotos y agradecidos.
Según afirman algunos historiadores, el día de Nuestra Señora se celebra el 21 de enero porque ese día del año 1691, tuvo lugar la Batalla de la Sabana Real en el este de la isla de Santo Domingo, donde los españoles vencieron a los franceses y dicha victoria se le agradeció a la Virgen. Por seguir la tradición de esa fecha, a finales del siglo XVIII, el entonces arzobispo de Santo Domingo, Monseñor Arturo de Meriño, pidió a la Santa Sede que fuese establecido como festividad el 21 de enero.
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Años más tarde, Monseñor Adolfo Alejandro Nouel, ya arzobispo de Santo Domingo, durante visita al Papa Benedicto XV, en Roma, pidió la Coronación Canónica de la Virgen de la Altagracia. El documento de aprobación tiene fecha 24 de julio de 1920. La Coronación fue en la Puerta del Conde en 1922, durante la ocupación norteamericana.
El primer milagro que se le atribuye a la Virgen es la curación de una paralítica en la capilla de lo que fue el Hospital San Nicolás de Bari, en 1842.
La Virgen de La Altagracia tiene tres coronas: la que tiene pintada la Imagen; la de 1922 colocada por los dominicanos; y la de 1979 coronación por el Papa Juan Pablo II.
El cuadro de la Virgen solo ha salido de Higüey para ir a Santo Domingo en muy pocas ocasiones: el 15 de agosto de 1922 para su Coronación Canónica. En 1944 para presidir las fiestas del Primer Centenario de la Independencia de la República. En mayo de 1955 cuando fue condecorada con las más altas Insignias nacionales. En enero de 1979 cuando Juan Pablo II la corono en la Plaza Independencia con una diadema. Y la última vez fue en el 2022 para la celebración de los 100 años de su Coronación.