Algo De Todo

Algo De Todo

Elsa Ramírez de Miura

Existen documentos que indican que en el año 1502 ya en nuestra isla se rendía culto a Nuestra Señora de la Altagracia. Su cuadro pintado al óleo fue traído de España por los hermanos Alfonso y Antonio Trejo, de los primeros pobladores españoles quienes la llevaron a Higüey y la donaron a la parroquia.
En 1572 se terminó el primer santuario altagraciano. En 1971 se inaugura la actual Basílica de Higüey. El marco de la pintura es obra de un desconocido y data del siglo XVIII, creación en oro, esmaltes y piedras preciosas que seguramente habrían ofrecido a la Virgen algunos devotos.
La Virgen de la Altagracia fue coronada dos veces: el 15 de agosto de 1922 durante el pontificado de Pío XI y por el Papa Juan Pablo II en su visita a Santo Domingo el 25 de enero de 1979, colocándole una diadema de plata.
Una leyenda dice que la hija de un rico mercader, devota de Nuestra Señora de la Altagracia, le encargó a su padre una imagen de la Virgen y por más que el padre buscó, no la encontró. En el viaje de regreso a Higüey, el padre expresó su tristeza por no poder complacer a su hija mientras conversaban en la sobremesa en la casa donde pasó una noche. Otro viajero que estaba también de paso, un desconocido de avanzada edad y larga barba, sacó de su alforja un lienzo enrollado y se lo entregó al frustrado padre diciéndole, «esto es lo que usted busca», era una imagen de Nuestra Señora de la Altagracia. A la mañana siguiente, el viejo había desaparecido envuelto en un misterio. Otra leyenda dice que la Virgen apareció en un naranjo.
En República Dominicana se aprobó una ley declarando el 21 de enero como día no laborable, de fiesta nacional y religiosa, durante el gobierno de Horacio Vásquez.

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