Algo es algo

<P class=MsoNormal style=Algo es algo

">

Los empresarios del transporte que exigen subsidio del Gobierno han postergado para finales de este mes el «plan de lucha» anunciado para mañana. Ayer informaron que aceptan retornar al diálogo, pero si al término de este mes no hay «acuerdo», retomarían el lenguaje de la coacción.

Un diálogo condicionado en estos términos contiene un emplazamiento que diluye las virtudes de la negociación basada en la confrontación horizontal y respetuosa de los argumentos de las partes.

Una debilidad que ha quedado al desnudo es la vaguedad argumental en que está basada la demanda de subsidio por parte de las empresas de transporte disfrazadas de sindicatos.

Por esa razón, y no por otra, los transportistas no se han atrevido a echarle mano a un instrumento jurídico, como el Recurso de Amparo por ejemplo, para hacer que sean complacidas sus exigencias. Por eso apelan a la coacción y a la fuerza, sabedores de que la paralización del transporte ciertamente surte los efectos que ellos quieren.

-II-

Los empresarios del transporte saben muy bien que paralizar nuevamente el transporte abre, otra vez, la posibilidad de que el instrumento de lucha escape de su control.

Hay varias trabajadoras con lesiones permanentes por quemaduras al ser lanzada una bomba incendiaria contra un autobús cargado de gente.

Los empresarios del transporte saben muy bien que retomar la lucha por los medios que anunciaron para el lunes los haría coresponsables de cualquier eventualidad de orden público que pudiera generarse en medio de un paro de transporte.

Probablemente por eso han accedido al llamado a la sensatez y al diálogo que les ha hecho el Gobierno por medio de un comunicado de la Oficina para el Reordenamiento del Transporte (OPRET).

Hay que reconocer que han exhibido una muestra de cordura al tomar la decisión de dialogar, aunque se trate de un diálogo a brazo torcido, desvirtuado por la coacción y el emplazamiento. Bueno, algo es algo…

Publicaciones Relacionadas

Más leídas