Algo más de la estrategia china contra la pobreza

Algo más de la estrategia china contra la pobreza

Eduardo Klinger Pevida

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En 1981 casi el 90% de la población china se encontraban debajo de la línea de pobreza extrema; en 2019 no llegaba al 1%; en 2020 quedaba eliminada. El crecimiento de la economía china ha tenido un impacto decisivo en términos de bienestar, ampliación del Estado de derecho, justicia y democracia socialista, además de las condiciones ambientales.

Para eliminar la pobreza extrema, China no se limitó al nivel de ingreso sino en términos del concepto de “pobreza multidimensional” del indio Amartya Sen, Premio Nobel de Economía 1998, abarcando “factores complejos e interrelacionados asociados a la pobreza de los que no se da cuenta midiendo solo los ingresos”. Basado en ello para cuantificar los pobres se toman indicadores integrales: “salud, educación y servicios”. Partiendo de ese criterio el número de pobres multidimensionales globales en 2020 se estimó en 1300 millones. Contrariamente, la cuantía de pobres estimados en base al análisis del Banco Mundial centrado en un nivel de ingresos, USD$1.90 diario, los pobres fueron 689 millones de la población planetaria, la mitad de la otra cuenta. China se fue por la metodología amplia.

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La cuenta China fue multidimensional, lo que engrandece aún más su éxito. No se conformó con elevar el ingreso sino mejorar integralmente todos los indicadores: alimentos y vestimenta, servicios médicos básicos, vivienda segura con agua potable y electricidad y, además, educación gratuita y obligatoria (9 años). En un país de más de 9 millones de kilómetros cuadrados y 1412 millones de habitantes, para poder cuantificar a todos en pobreza extrema las autoridades apelaron, como siempre ante cualquier desafío excepcional, a la militancia comunista. En 2014 unos 800 mil cuadros del partido visitaron todos los hogares identificando 89,62 millones de habitantes en 29,48 millones de hogares, en duras condiciones de pobreza.

La batalla fue una lucha del país en la que no se recurrió ni a agencias ni financiamiento internacionales, sino a la movilización de millones de voluntarios, empresas estatales y privadas y otros sectores. Alcanzada la meta, el país da seguimiento para evitar haya un retroceso.

En 2020 la Universidad de Harvard publicó el estudio “Comprender la resiliencia del PCCH: encuestas de opinión pública china a lo largo del tiempo” habiendo entrevistado 31 mil ciudadanos que mostraron satisfacción con el partido superior al 93%. Otra encuesta de la Universidad de York publicada en Washington Post, también en 2020, reflejó una confianza nacional de más del 98%.

Indudablemente el país agradece el esfuerzo.