Algo más que un Diálogo

Algo más que un Diálogo

A juzgar por las informaciones y datos que manejamos en los medios, el país necesitará más que un Diálogo para encarar los enormes retos que trae el 2009.

La nación reclama que desde las altas instancias del poder se ofrezcan garantías de un cambio.

El país anhela que sus voces más sensatas se escuchen, y que sus propuestas se atiendan con la buena intención de que están acompañadas.

Un diálogo de sordos a nada conduce a la República Dominicana; las actitudes arrogantes y las poses individualistas hace tiempo que envían señales desalentadoras a los sectores mejor intencionados de la sociedad.

La nación tiene que encontrar el camino más idóneo para superar las dificultades que la crisis global acarrea.

Pero aspira a que desde cada uno de los diferentes organismos se manden mensajes de aliento, de responsabilidad y de abierto compromiso en la lucha contra la corrupción y el clientelismo, que tantos daños han ocasionado a los ciudadanos honestos que conserva el terruño.

El combate a la delincuencia no debe limitarse a la sana intención del doctor Franklin Almeida y su Plan de Seguridad Democrática. Hay que combatir la violencia en sus orígenes, en la marginalidad, reforzando el sistema educativo y los planes de salud, creando empleos para la juventud – aunque proceda de las barriadas – y un sistema de transporte público sin sobresaltos ni improvisaciones.

Y, finalmente, aplicando con el debido rigor la legislación que castiga la malversación de los fondos estatales y el enriquecimiento ilícito. 

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