Expreso en primer término las gracias más expresivas al Sr. Julio González, por su oportuna cooperación al enviarme la Ley General sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales, y el capítulo VII de asentamientos humanos y contaminación sónica, que desconocía.
La Ley contra Ruidos sería como un documento eficaz del gobierno a un problema de sociedades avanzadas, que fijaría el marco de la actuación pública en la lucha contra el ruido que está dañando la salud de los ciudadanos, ya que más personas sordas son diagnosticadas en nuestro país.
Para una mejor elaboración del proyecto de Ley de Protección contra la Contaminación Acústica, por los ruidos que nos viene maltratando nuestra salud, será muy oportuno que los legisladores consultaran las legislaciones que en ese sentido ya hace tiempo están funcionando en España y otros países de Europa, con muy buenos resultados, lo cual esa sería una buena sintonía con las normativas establecidas en dichos países para preservar el medio ambiente natural, ya que estaríamos haciendo más habitables los núcleos urbanos, a la vez que mejoraríamos la calidad de vida de los ciudadanos y garantizaríamos el derecho de salud de todos los habitantes de la República Dominicana. Recordemos que cerca del 80 por ciento de nuestra población vive hoy en nuestras ciudades.
Es muy importante señalar que, de establecerse la Ley Contra los Ruidos, se implementarán multas y sanciones que podrían llegar a quitar la licencia de conducir a los usuarios que la violen, y se cancelarían además los permisos a los establecimientos comerciales o industriales, y que además afectaría los ruidos producidos en ciertos domicilios que operan su televisor y radios con altos volúmenes.
Y para concluir, de realizarse esta Ley que proponemos, sería muy conveniente iniciar una profusa campaña de divulgación para que nadie ignore su existencia. ¡Señores legisladores, manos a la obra!