Algo para el presidente

Algo para el presidente

El hospital Elio Fiallo de Pedernales tiene varios meses que no recibe subvención, no dispone de suficientes médicos, enfermeras, personal de apoyo, medicamentos y equipos para los servicios básicos. Rafaela Figuereo, representante del gremio de enfermeras, denunció que los pacientes piden a sus familiares llevarles agua, o comprarla, porque el hospital no tiene, mientras ese mismo día, el Ayuntamiento del Distrito Nacional anunciaba la instalación de 12 piscinas para bañistas en el malecón.

Casi a diario, los medios de comunicación publican quejas y protestas por los fatídicos apagones, que muchas veces superan las 24 horas, mientras las distribuidoras de energía eléctrica se jactan de tener circuitos de luz permanente.

No puede pedírsele al Presidente de la República que vaya a un hospital a resolver una crisis específica ni mucho menos que se traslade a ningún área o sector a solucionar un apagón, pero tampoco puede exonerársele de su  ineludible responsabilidad frente a la problemática de salud y energía eléctrica en nuestro país y, en ese orden, con el debido respeto a su jerarquía, no puede perdonársele que permita en su gestión que  algunos hospitales tengan muchas cosas y otros no tengan nada y que el peso de las interrupciones eléctricas lo cargue solamente una parte de la población.

Quien distribuye la riqueza hace el papel de vulgar repartidor; quien administra la escasez y lo hace adecuadamente, dividiendo la crisis por igual, es un gerente, líder verdadero y merecedor de la reiteración del voto de sus conciudadanos. Si hay justicia social, cuando algo está escaso debe tocarle un “chin” a cada uno; no mucho para unos y muy poco para los demás.  

 

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