Algoritmos versus neuronas

Algoritmos versus neuronas

Altagracia Paulino

Arelis García López, terapeuta sexual y familiar, afirma: “La tecnología no me domina”. Es una suerte de titular cargado de interpretaciones y un desafío ante la transformación que hemos experimentado a lo largo de este año con la irrupción de la Inteligencia Artificial (IA). Esta nos ha mostrado aspectos asombrosos y promete facilitar la vida como jamás lo habíamos imaginado.

En el programa «Con el Consumidor», conversamos con ella durante una hora sobre los desafíos que supone que las neuronas hayan sido capaces de generar tal inteligencia y hasta qué punto podemos competir para no convertirnos en meros instrumentos de esta, sino mantenerla como una herramienta que nos ayude a hacer más efectivas nuestras creaciones de cara a los próximos pasos en este planeta.

Las capacidades demostradas hasta ahora por la IA no dejan de asombrar, y muchas de sus acciones parecen sacadas de relatos de ciencia ficción, también creación humana.

Mi primer acercamiento a la capacidad de la IA lo tuve con la novela «Origen» de Dan Brown. Fue todo un paseo guiado que recibió el personaje recurrente de sus novelas, Robert Langdon, al visitar la biblioteca de Bilbao, lugar donde se desvelaría el secreto de “¿de dónde venimos?”. La trama está impregnada de inteligencia artificial, desde que una suave voz guía a Langdon por los laberintos de la biblioteca hasta los viajes que realiza por casi toda España, todo envuelto en la gran tensión que genera la búsqueda de lo desconocido. Al final, todo resultó ser obra y trama de la IA.

La búsqueda y generación de contenidos por la inteligencia artificial es impresionante; es posible hacer de todo: doblar voces, redactar textos, generar negocios, darles vida a personajes de la historia, montajes que parecen reales y, sobre todo, facilitar investigaciones. Sin embargo, todas proporcionan la misma información. Pueden cambiar la forma de los contenidos, pero si ya todo está hecho, lo demás es pura invención.

Dado que los algoritmos utilizados por el cerebro humano son los creadores de la IA, ¿por qué deberíamos dejar de pensar y depender de ella para todo? Esta fue la reflexión que nos llevó a la conclusión de que existe el riesgo de la muerte súbita de las neuronas si dejamos de pensar y dependemos de lo que ya está hecho solo porque otro lo inventó.

Con la ayuda de la IA habrá mucho más, y el desafío es no dejarnos dominar y evitar el colapso de nuestro cerebro. Las neuronas que no se ejercitan mueren, según Rita Levi, neurocientífica, premio Nobel de Medicina en 1986, quien aseguró que las neuronas no mueren, sino que se reemplazan si las mantenemos activas.

He utilizado la IA para corregir algunas de las cosas que escribo, y el resultado obtenido es que ella me interpreta, pero aún no puede expresar mi pensamiento. Aunque ya existen mecanismos para leer el pensamiento, que, según el doctor Guido Giraldi, científico chileno, será la frontera límite de la humanidad y el próximo paso de la IA.

Teniendo en cuenta que cada ser humano es único, nos queda la autonomía del pensamiento. Seremos distintos y haremos cosas diferentes a lo ya realizado, siempre y cuando seamos capaces de utilizar el pensamiento estratégico.

Jamás debemos renunciar a nuestra condición de humanos y debemos imprimir esta característica en todo lo que hacemos, para no competir en condiciones desiguales con esta nueva inteligencia, que no lo es tanto ya que ha sido una construcción humana.