1. Establecer vínculos significativos: la familia, amigos y compañeros de trabajo pueden ser vínculos afectivos importantes; igualmente, pertenecer a grupos comunitarios provee soporte social y ayuda a mantener la esperanza, servir a los más necesitados, aceptar ayuda y apoyo de quienes lo aprecian, fortalece la resiliencia.
2. Percibir las crisis como obstáculos posibles de superar: no podremos evitar que ocurran eventos adversos, pero sí podemos cambiar la manera de interpretarlos y reaccionar ante ellos.
3. Asumir el cambio como parte de la vida: no siempre las cosas son como queremos que sean; aceptar lo que no podemos cambiar nos ayuda a enfocarnos en aquello que sí podemos.
4. Tomar acción: tratando de ser siempre realistas, aunque parezcan pasos muy pequeños, recordando que “el viaje más largo inició con un simple paso”.
5. Llevar a cabo acciones precisas: actuando siempre de la mejor manera que se pueda, llevar a cabo pequeñas
acciones es mejor que ignorar los problemas o esperar que desaparezcan.
6. Buscar un sentido o propósito de la existencia: las personas pueden aprender nuevas cosas.