Algunas prioridades

Algunas prioridades

BONAPARTE GAUTREAUX P.
Se me ocurren algunas prioridades: agua, salud, educación, energía eléctrica y transporte. La familia a la cual llega el agua por el sistema público de abastecimiento participa en la civilización, en la cantaleteada modernidad. Lástima que aún hay ríos que se pierden en el mar por desidia, malos manejos y falta de voluntad política.

Autoridades, médicos, administradores y enfermeras, actúan como enemigos de los pacientes. Unos por falta de humanidad, otros por robarse los equipos, suministros y medicinas y los más porque el enfermo no es familia de ellos. Falta una administración eficiente de los recursos físicos, de los suministros y de los recursos humanos.

Lo de educación se sabe: no hay un sistema que tenga por filosofía, y la ejecute, formar hombres y mujeres para trabajar en el desarrollo de la nación. No hay un plan nacional de desarrollo. Seguimos dando tumbos. ¿Es que no sabemos qué hacer?

La energía eléctrica soluble, siempre que haya intención y se ejecuten planes y programas para hacer eficiente lo que tenemos, invertir para asegurar un suministro a precios reales, no inflados por el afán de lucro de empresarios y la complicidad de funcionarios.

El transporte es un aspecto vital, descuidado, mal manejado, una furnia por donde se ha vertido todo el dinero sin que haya soluciones permanentes.

El costo de la importación de los derivados del petróleo cada día es más alto y los dominicanos desperdiciamos más combustibles en tapones innecesarios,  el uso irresponsable y permitido de vehículos desechables y la falta de un transporte colectivo seguro, confiable, decente, higiénico y barato.

El incumplimiento a la ley de tránsito, el irrespeto al semáforo, el insulto al policía de tráfico, la grosería entre conductores y la falta de decencia y humanidad, son la forma de trasladarse en vehículos y de conducirse los choferes. Todos los dedos, siempre, apuntan hacia los gobiernos, como si los gobiernos tuvieran una varita de virtud para resolver todos los problemas (que ya lo querrían los gobernantes), pero nosotros, los ciudadanos, también contribuimos a la no solución de muchos problemas.

Me preocupa lo del tránsito porque la falta de continuidad provoca que intentos sanos, inteligentes, viables y serios, por resolver el problema, sean dejados de lado porque este país sigue la estupidez de practicar aquello de “cada maestro tiene su librito” Apena ver la cantidad de automóviles que se desplaza con el papá y dos niños, hacia el colegio, mientras la mamá sale en otro carro hacia su trabajo.

El transporte colectivo organizado evitaría la fuga de  millones de dólares en importación de vehículos y en quema el consumo de combustibles que aumenta sin que importe el precio de los mismos.

Algún día habrá un gobierno que tenga un plan de prioridades para beneficio del país, no perdamos la esperanza.

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