Algunas Reflexiones sobre el Tratado de Moral y Cívica (Primera Parte de dos)

Algunas Reflexiones sobre el Tratado de Moral y Cívica (Primera Parte de dos)

Virgilio M. Malagón Álvarez

Estimado Lector:

El siguiente opúsculo es una contribución, de mi parte, a los esfuerzos por preservar los valores patrios y las buenas costumbres, gestionados por Don Teófilo Tabar, actual Administrador General de nuestra Lotería Nacional.

Por otra parte, el autor y gran educador, José Nicolás Almánzar García, afirmaba que existe un permanente reclamo para que los adolescentes y adultos jóvenes reciban una formación, moral y cívica, que les permita conocer los valores cristianos, humanos, sociales, morales y patrióticos. El, fue el Fundador y Rector de la Universidad de la Tercera Edad (UTE).

Ahora bien, tratar de “encapsular” este Tratado y su Genesis la Cartilla de Moral y Cívica de los años 30, a los tiempos modernos, es una labor muy ardua se debe realizar dentro del entorno filosófico y cultural de sus autores.

I-Marco Conceptual

La moral y la cívica son dos pilares fundamentales en la formación de ciudadanos responsables y comprometidos con su sociedad.

 A través de la historia, diversos filósofos y educadores han enfatizado la importancia de estos conceptos en la educación integral del individuo.

En este ensayo, exploraremos las ideas centrales de los textos mencionados sobre la  “Moral y Cívica”, analizando cómo éstas enseñanzas siguen siendo relevantes en nuestro contexto actual y cómo pueden aplicarse para mejorar nuestra convivencia social.

II-Un poco de historia:

El libro de la década de los 30, como la versión de Nicolás Almánzar, sobre el tema de “Moral y Cívica” abordaron la Educación Moral como un proceso continuo y dinámico que no solo se limita al ámbito escolar, sino que se extiende a todas las esferas de la vida. La moralidad no se presenta como un conjunto rígido de normas, sino como un diálogo constante entre el individuo y su entorno, buscando siempre el bien común.

Por otro lado, el civismo se enfoca en la comprensión y el respeto de las leyes y principios que rigen una sociedad. No se trata solo de conocer los derechos y deberes, sino de vivirlos y promoverlos en la práctica diaria.

 De ahí que, el civismo, se convierte en la expresión concreta de la moralidad en la vida pública.

Estos libros, sobre la   “Moral y Cívica”, nos invitan a reflexionar sobre nuestro rol como ciudadanos y la importancia de la ética en nuestras decisiones. En un mundo cada vez más interconectado, la necesidad de una sólida formación moral y cívica es imperativa para enfrentar los desafíos de nuestra era y construir una sociedad más justa y equitativa.

II- Reseña breve sobre estas publicaciones:    

El “Manual de educación moral y cívica para el ciudadano dominicano” es una obra de gran valor didáctico y formativo escrita por José Nicolás Almánzar. Este libro se ha convertido en un referente en la enseñanza de valores éticos y cívicos en la República Dominicana.

Sin embargo, Durante la Era de Trujillo en la República Dominicana, se publicó una «Cartilla Cívica» en Octubre de 1933. Esta cartilla fue uno de los mecanismos utilizados para la educación sobre la moral y cívica, así como para el ordenamiento jurídico y social de ese entonces.

NOTA 1.: Es importante notar que este material es diferente del «Manual de Educación Moral y Cívica para el Ciudadano Dominicano» de José Nicolás Almánzar García, que fue publicado mucho más tarde, en el año 2010.

La estructura y contenido de ambos está cuidadosamente diseñada para guiar al lector a través de los conceptos fundamentales de la moral y la cívica. Comienzan ambos,  con una introducción que establece la importancia de la sociedad y la familia en la formación de los valores. Luego, se adentran en los derechos y deberes ciudadanos, destacando la relevancia de cada individuo en la construcción de una, Patria,  como comunidad armónica y ordenada.

Es de suma importancia señalar, que uno de los aspectos más destacados es sus enfoques es la influencia de la religión y la moral en la conducta humana, así como su influencia sobre los diferentes tipos de gobiernos y la definición de Democracia.

Ambas versiones no solo ofrecen una perspectiva teórica, sino que también invita a la reflexión crítica y al debate sobre estos temas.

El PODER y su ejercicio dentro de las estructuras gubernamentales, como el Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, son explicados, en ambos documentos,  con claridad, proporcionando al lector una comprensión profunda de cómo funcionan estas instituciones en la República Dominicana.

Además abordan la importancia del Poder Municipal y la Constitución de la República, elementos clave para entender la organización política del país; con este conocimiento se fortalecen las bases estructurales del Estado Nación de la Republica Dominicana.

Los símbolos patrios y los partidos políticos también tienen un lugar en ellos, lo que demuestra la intención de ofrecer una visión integral de la identidad dominicana. Ambas obras culminan con una mirada a la situación política proporcionando un contexto histórico esencial para comprender el presente y el futuro de la nación.

En resumen, el “Manual de educación moral y cívica para el ciudadano dominicano” de José Nicolás Almánzar y su génesis de los años 30, son una herramienta educativa imprescindible que fomenta la formación de ciudadanos conscientes, críticos y participativos. Su contenido sigue siendo relevante para las nuevas generaciones que buscan entender y mejorar su entorno social y político.

III- Valores Sociales en una República Independiente

Una república independiente se sostiene sobre el pilar de valores sociales que no solo promueven la cohesión y el bienestar de sus ciudadanos, sino que también aseguran la sostenibilidad y la integridad de la nación. Estos valores son el tejido que une a la sociedad y guía su progreso. Veamos:

1-La Libertad y el Orden Público, son los valores primordiales en una república independiente. Son las bases sobre la cual se construyen todos los demás valores. La libertad de expresión, de creencia, de asociación y de elección son fundamentales para el desarrollo de una sociedad que respeta la dignidad y los derechos de todos sus miembros, así como también la garantía del Orden Constitucional y Jurídico.

2-La Justicia es el valor esencial. Una república debe garantizar la igualdad de todos ante la ley, sin distinción de raza, género o clase social. La justicia promueve la equidad y es crucial para resolver conflictos de manera pacífica y constructiva.

3-La Solidaridad refleja la interconexión entre los ciudadanos. En una República, los individuos deben trabajar juntos para el bien común, apoyándose mutuamente en tiempos de necesidad y celebrando juntos en tiempos de alegría.

4-El Respeto es la base para la convivencia pacífica. El respeto mutuo entre los ciudadanos, así como el respeto por las instituciones del estado, son vitales para mantener el orden y la armonía dentro de la república. Tal y como lo enunció el ilustre político y estadista mexicano Benito Juárez, con su famosa frase: “El Respeto al Derecho Ajeno, es la Paz”.

 Esta expresión enfatiza la importancia de respetar los derechos y libertades de los demás como un camino hacia la paz y la armonía en la sociedad. A través del respeto mutuo y la observancia de las leyes, se busca evitar conflictos y promover una convivencia pacífica.

En un país donde las diferencias y los intereses pueden chocar, recordar esta máxima nos invita a considerar los derechos y perspectivas de los demás, fomentando así una sociedad más justa y equitativa.

5-La Responsabilidad individual y colectiva es crucial. Los ciudadanos deben ser conscientes de sus deberes hacia ellos mismos, sus comunidades y su país. La responsabilidad fomenta la participación en la vida cívica y política de la república.

6-La Integridad es la adhesión a principios morales y éticos. Una república independiente debe promover la honestidad y la transparencia en todos los niveles de gobierno y en las interacciones entre sus ciudadanos.

NOTA 2.: Estos valores no son exhaustivos, pero representan los principios fundamentales que deben ser cultivados y protegidos para asegurar la fortaleza y la independencia de una república. Son la brújula que guía a la nación hacia un futuro próspero y justo para todos.

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