POR LLENNIS JIMÉNEZ G.
Perfecto Acosta, fiscal de la provincia Santo Domingo, informó ayer que en esa demarcación, la más grande del país, existen tantos puntos de droga que en algunos barrios son incuantificables. Declaró que están íntimamente relacionados con el narcotráfico la mayoría de los casos que a diario se someten a la fiscalía, así como las medidas de coerción y las condenas que emiten los tribunales.

El magistrado sostuvo que las estrategias que desarrollan van en procura de atrapar a los delincuentes en una labor conjunta con los organismos antinarcóticos, por lo que a diario realizan sometimientos a la justicia de traficantes.

Citó al sector de Herrera como uno de los más incontrolables en la actualidad, al que incluso, deberán intervenir para garantizar la seguridad de la ciudadanía.

Afirmó que en la provincia Santo Domingo, la más grande y poblada del país, con más de dos millones de habitantes, a diario registra la ocurrencia de muertes violentas, enfrentamientos entre bandas, tráfico y uso excesos de sustancias controladas.

Sostuvo que cuentan con un equipo de ocho fiscales para trabajar en el desmantelamiento de los puntos de drogas y atacar los casos de tráfico.

La acción se realiza desde la División Central de la Dirección Nacional de Control de Drogas en la provincia, coordinado por el magistrado Ramón Sención junto a un oficial que representa el organismo antinarcóticos.

El fiscal manifestó que el trabajo en la persecución de los narcotraficantes es tan arduo, que a las 8:00 de la noche en la fiscalía se mantienen laborando los integrantes de la Unidad de Atención Permanente. Dijo que aunque el tiempo máximo para la jornada es hasta las 11:00 de la noche, las acciones se prolongan hasta la 1:00 de la madrugada, cuando los fiscales suelen conocer medidas de coerción en contra del negocio ilegal de las drogas.

“Ahora el proceso no se detiene y eso es para toda la materia, para droga, para abuso sexual, para robo, para homicidio, para falsificación o cualquier situación de estas que se presente”, precisó.

Acosta atribuyó una gran parte del problema de la criminalidad a la desintegración de la familia, el abandono que sufren los jóvenes, la irresponsabilidad de los padres y la falta de empleos.