Durante la campaña electoral, la oposición política se limitó a citar cifras de la economía dominicana sin conectarlas, como era su responsabilidad, con el deteriorado contexto internacional, una de las muchas razones de la pobre votación que obtuvo ayer domingo. Hago referencia a dos temas.
Sobre la inflación, nunca entendió que es un promedio nacional, que no es igual el nivel y aumento de precios en todas las ciudades y pueblos del país, lo que explica la diferencia de RD$15,733.88, un 30.2%, entre el costo mensual de la canasta familiar de RD$52,076.93 en región Ozama, que incluye a la provincia de Santo Domingo y el Distrito Nacional, y Región Sur con un precio de RD$36,303.05, en abril 2024.
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Tampoco tuvo conciencia de lo que claramente dicen las estadísticas, más de la mitad de la brutal y alta inflación que tuvimos se originó fuera de nuestras fronteras, la importamos, y gracias al excelente diseño y eficiente manejo de la política monetaria por parte de nuestro Banco Central, la inflación interanual redujo 745 puntos porcentuales, de 10.48% en mayo de 2021 a 3.03% en abril 2024.
Y sin caer en recesión la economía desinflo la tasa de aumento del índice de precios al consumo hasta su rango meta, reconocido por Organismos Internacionales y firmas calificadoras de crédito que llegaron a citar, para comparar, cifras de los Estados Unidos sobre el crecimiento negativo, o recesión, de -33% acumulado en diez años, entre 1929 y 1938 (al sufrir otra recaída inesperada en 1937), e inflación negativa, o deflación, de 30,06% entre 1927 y 1933.
Otro tema en el que tambien demostró pobreza de entendimiento fue sobre el déficit cuenta corriente de la balanza de pagos de US$4.376,3 millones, -3.6% del PIB a final de 2023. La oposición política citó las cifras sin analizarlas y entender razones, las que ahora le explico.
Como nuestro PIB real debía crecer (2,4% en 2023) y preservar el ritmo de creación de empleos que ha beneficiado, principalmente, a los jóvenes, y reducir la tasa de desocupados, correctamente la política fiscal y monetaria convirtieron la demanda interna en motor impulsor, previendo que el sector exterior neto descontara puntos porcentuales al crecimiento del PIB real, como sucedió, al decrecer los volúmenes exportados más que los importados.
Al crecer la demanda interna más rápido que el PIB real, se produjo un desfase entre ahorro e inversión (formación bruta de capital) internos, por el monto de RD$500,441 millones, que se reflejó automáticamente en déficit por cuenta corriente de la balanza de pagos, sostenible porque fue financiado en su totalidad por el flujo de inversión extranjera directa.
Otro error de la oposición, asegurar que por el déficit en cuenta corriente la economía había perdido competitividad para exportar, de hecho, fue lo contrario, ganamos competitividad. Hay varias maneras de medirla, para mí el indicador representativo es la evolución del costo laboral por unidad producida que tiene en cuenta el salario nominal y la productividad aparente del trabajo.
En 2023 el ingreso nominal del trabajador por hora a la semana aumento 18.2% (incluye reducción del número de horas trabajadas a la semana que equivale a un aumento de ingreso), comparado con la inflación (3.57%) nos dice que aumento el ingreso real del trabajador por hora a la semana aumento 14.63%. Como la productividad aparente del trabajo creció (5.02%) menos, mejoro el margen empresarial y gano competitividad para producir y exportar, contrario al discurso de la oposición política.