Algunos hechos de la crisis de misiles de octubre 1962

Algunos hechos de la crisis de misiles de octubre 1962

Aventura nuclear en Cuba pudo incidir en el derrocamiento de Khruschev

Irónicamente, dos semanas después de Bahía de Cochinos una encuesta Gallup reveló que Kennedy tenía una aprobación de 83%, encima del 78% previo a la fracasada invasión. Kennedy apostó a su carisma pero días después, en Viena, Khruschev lo abatió y comentó a sus íntimos: “Él es muy joven y no bastante fuerte, demasiado inteligente y demasiado débil”.

Kennedy dijo a Khruschev que consideraba que existía un balance entre el arsenal sino-soviético y el de occidente. Ensoberbecido, Khruschev comenzó a construir el fatídico “Muro de Berlín” 70 días después de la reunión de Viena.

Provocador, proclamó que Berlín era como: “los testículos de Occidente: siempre que quiero hacer chillar a Occidente, estrujo a Berlín”. Kennedy exclamó que “un muro era mucho mejor que una guerra” y llamó a las filas las reservas militares y sometió un astronómico presupuesto de Defensa.

En junio 1948 Stalin sitió los sectores de Berlín correspondientes a los aliados: cerró autopistas de acceso y bloqueó el ferrocarril y las vías fluviales. Además, cortó el suministro eléctrico.

El bloqueo de Stalin fracasó con el “Puente Aéreo” articulado por Truman que duró 322 días y abasteció de comida y todo lo esencial a 2 millones de habitantes.

Unos 300 aviones operaban en forma continua y cada 90 segundos un avión despegaba y aterrizaba en la ciudad. Khruschev pensaría que ese “Puente Aéreo” derrotó al bloqueo porque Truman era decidido, y hasta lanzó bombas nucleares, mientras que Kennedy tenía un carácter débil.

Khruschev fue un comisario político en la batalla de Stalingrado. Su rol estratégico no le permitía combatir mientras que Kennedy fue condecorado con el “Corazón de Púrpura” por salvar la tripulación de la lancha PT-109 que comandaba y que fue hundida en la guerra del Pacífico Sur.

En abril 1962 Nikita se planteó esta cuestión: “¿Por qué no echamos un erizo en los calzoncillos al Tío Sam?” y pronto, en mayo, decidió instalar misiles nucleares en Cuba.

Entre julio y octubre más de 100 barcos transportaron 47,000 tropas soviéticas y un arsenal de alto poder: 24 plataformas de lanzamiento, 42 cohetes R-12 de alcance medio, 45 ojivas nucleares, 42 bombarderos, 40 cazas MIG-21. También se despacharon 4 submarinos con armamento nuclear.

El 14 de octubre un avión U-2 tomó fotos de misiles nucleares en Cuba. El día 18 el canciller ruso Gromiko le negó a Kennedy la existencia de misiles nucleares en Cuba. El día 22 Kennedy envió una carta a Khruschev y, en un discurso, denunció la existencia de los misiles, exigió su retiro e impuso una “Cuarentena Naval” para supervisar todas las embarcaciones que viajaran hacia Cuba.

El 25 de octubre el embajador Adlai Stevenson mostró en la ONU fotos de los misiles. Al día siguiente Khruschev envió una carta a Kennedy ofreciendo retirar los misiles, a cambio de una declaración de que Estados Unidos no invadiría a Cuba.

En octubre 27 Khruschev envió una segunda carta exigiendo el retiro de misiles Júpiter instalados en Turquía. Ese día un cohete soviético derribó un avión de reconocimiento americano U-2. Kennedy contestó la primera carta de Khruschev aceptando sus términos, sin referirse a la segunda carta.

Esa noche Robert Kennedy se reunió en secreto con el venerable embajador soviético Anatoly Dobrynin. Le propuso que los misiles de Turquía e Italia serían retirados en un plazo de 4 a 5 meses, con la aprobación de la OTAN, y que eso era una promesa verbal no incluida en ningún documento público.

Por fin, en octubre 28, Khruschev envió una tercera carta aceptando los términos de Estados Unidos. Castro, colérico, prohibió que los misiles a ser retirados fueran inspeccionados en Cuba. Decepcionados y guiados por Castro, los cubanos corearon: “Nikita, mariquita, lo que se da no se quita”.

En sus negociaciones, Khruschev no incluyó las aspiraciones de Fidel y dejó fuera la sempiterna terminación del embargo comercial y la desocupación de Guantánamo.

Con un despliegue bélico nuclear sin precedentes, Khruschev logró la declaración de no invadir a Cuba y remover obsoletos misiles Polaris que iban a ser sustituidos por misiles Saturno instalados en submarinos del Mediterráneo. Al retirarse de Cuba los misiles, Kennedy levantó la cuarentena en noviembre 21.

Amenazando de cerca a Estados Unidos Khruschev intentaría compensar en parte el real desequilibrio armamentista caracterizado por la existencia de 17 o hasta 20 ojivas occidentales por cada una soviética.

En momentos cruciales Khruschev fue prudente y no ordenó a sus barcos traspasar el cerco de la cuarentena naval. La aventura nuclear en Cuba pudo incidir en su derrocamiento por el Politburó en 1964.

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