Aliado Lula reconoce casos de corrupción

Aliado Lula reconoce casos de corrupción

BRASILIA (EFE).- Parte de las deudas que dejó la campaña que llevó al poder a Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil se pagaron con dinero de origen dudoso y no declarado a autoridades fiscales o electorales, afirmó hoy el ex diputado Valdemar Costa Neto.

   El ex legislador, que renunció a su mandato salpicado por los casos de corrupción que sacuden al país, preside el Partido Liberal (PL), del vicepresidente José Alencar, que gobierna en coalición con el Partido de los Trabajadores (PT), de Lula.

   En una comparecencia al Congreso, Costa Neto dijo hoy que cuando se discutió la alianza con el PT para las elecciones presidenciales del 2002, la formación socialista se comprometió a entregarle al PL la suma de diez millones de reales para gastos de campaña.

   Sin embargo, explicó que no recibió un centavo hasta que pasaron las elecciones y que el dinero que el PT le entregó después para cubrir las deudas fue en su mayoría en efectivo, sin documento alguno y siempre a través de Marcos Valerio Fernandes, un publicista ligado a todas las corruptelas que salpican al partido de Lula.

   Precisó que finalmente recibió del PT un total de 6,5 millones de reales (2,7 millones de dólares), entregados en cuotas y la mayoría de las veces en su propia casa, y no la suma prometida.

   Confesó además que, de ese monto total, sólo 1,5 millones de reales (625.000 dólares) llegaron con sus correspondientes recibos y el resto fue simplemente «en negro», lo que en Brasil constituye un grave delito electoral que ya tiene al borde de la ilegalidad al PT.

   «Hace meses que pido esos recibos y no me dan nada», reveló Costa Neto, quien también dijo que una vez que Lula ganó las elecciones, le resultó «muy difícil» ponerse en contacto con los dirigentes del PT responsables por los pagos.

   Las revelaciones de Costa Neto coinciden en muchos aspectos con la declaración que también prestó al Congreso el publicista Duda Mendonca, quien dirigió la campaña de Lula y otros candidatos del PT y dijo que sólo pudo cobrar a través de una cuenta que abrió en el «paraíso fiscal» de las islas Bahamas.

   Como otros dirigentes políticos que participaron en los turbios asuntos de finanzas del PT, Costa Neto también dejó al margen de todo a Lula, de quien dijo que sólo negoció aspectos políticos de la coalición.

   «Con Lula siempre fueron conversaciones políticas. El presidente nunca conversó sobre asuntos económicos», dijo Costa Neto, quien sostuvo que los aspectos financieros eran tratados con el ex tesorero del PT Delubio Soares, quien ya admitió que tenía una contabilidad «paralela» que ocultó al fisco y la justicia electoral.

   No obstante, presionado por parlamentarios de la oposición, Costa Neto acabó por reconocer que «seguramente» el jefe de Estado tenía información sobre «cómo se hacían las cosas».

   El presidente del PL dijo haber sido sorprendido en su buena fe y que jamás había tenido «motivos para desconfiar del PT», un partido hasta ahora cubierto por una aureola de honestidad a toda prueba.

   Pero confesó que cuando comenzó a percibir «la desorganización tan grande» que había en las finanzas del partido de Lula, sospechó que podía haber más de una irregularidad escondida.

   Costa Neto garantizó que, al menos en lo que respecta al PL, el dinero recibido del PT no fue usado para sobornar legisladores, como dice el diputado laborista Roberto Jefferson, principal denunciante de estos casos.

   Según Costa Neto, ese dinero se usó «integralmente» para pagar deudas que había dejado la campaña electoral de Lula.

   «Nadie se metió ese dinero en el bolsillo», aseguró.

   El irresponsable manejo financiero del PT durante la campaña que llevó a Lula al poder también fue reconocido hoy por el presidente de esa formación, Tarso Genro, quien admitió que si el partido fuese una empresa debería declararse en quiebra o convocar acreedores.

   Según Genro, quien hasta puso hoy en duda que Lula pueda ser reelegido en las presidenciales del año próximo, el PT puede haber sufrido de cierta «soberbia» cuando llegó al poder, que le cegó y le hizo creer que todo valía en el juego financiero de la política.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas