Aliados latinoamericanos  forjan un bono político

Aliados latinoamericanos  forjan un bono político

Las relaciones de Argentina con los mercados de capital han sido por largo tiempo única. Después de hacer historia con el mayor incumplimiento en el pago de la deuda soberana de la historia en 2001, seguido por un proceso de reestructuración que violó todas las reglas, el presidente Néstor Kirchner anunció la semana pasada que Argentina pronto emitiría un “bono conjunto” con Venezuela.

Los analistas han expresado sorpresa por el novedoso esquema. Los detalles de cómo funcionará están por definir. Por esa razón, muchas personas creen que el plan está motivado por razones políticas, mas que económicas, en la medida que una Venezuela rica en petróleo expande su influencia en la región.

Este es un  nuevo giro en las ya estrechas relaciones financieras de Argentina con Venezuela, a la cual le acaba de tomar prestado US$3,2 millardos en poco más de un año, por las dificultades de acceso que [el gobierno de Kirchner] tiene a los mercados internacionales, desde la crisis de la deuda. Se espera que se emitan otros US$2 millardos con el nuevo bono a finales de 2006.

“No tiene precedentes y es muy difícil pensar que pudiera funcionar”, dice Miguel Kiguel, un economista y ex subsecretario de Finanzas de Argentina. “Deja más interrogantes que respuestas”, comenta, mientras dice que al menos está claro que Argentina intente sacar ventaja de las tasas de interés más bajas que disfruta Venezuela.

Los bonos soberanos conjuntos nunca se han emitido antes, aunque ha habido casos en que los países o las organizaciones multilaterales garantizan la deuda emitida por países en dificultades. Estados Unidos ya lo hizo con Israel y Egipto.

Carola Sandy, un economista de Credit Suisse, dice que esas emisiones tienden a no tener éxito, y señala el caso cuando el Banco Mundial garantizó la deuda de Colombia cuando estaba pasando por un periodo de inestabilidad en 2001. Dice que aunque las garantías pueden facilitar que los bonos aseguren mejores rendimientos, la naturaleza infrecuente de esos instrumentos los hace complicados a la hora de valuar y como resultado tienen problemas de liquidez.

“Es una idea inusitada que pudiera funcionar o no […], dice. “Tanto Venezuela como Argentina tienen un buen acceso relativo a los mercados de capital; el bono conjunto parece ser más un asunto político”

Además, Argentina sigue siendo incapaz de acceder a los mercados internacionales de manera directa, emitiendo deuda en un país extranjero sin correr el riesgo de “attachment”, o confiscación de los fondos, por los inversionistas “pendientes”, que no entraron en el acuerdo de reestructuración el año pasado y que todavía poseen US$20 millardos de deuda no pagada.  

“Cualquier emisión conjunta, si la hacen, estaría sujeta al mismo riesgo de `attachment´ que cualquier emisión que Argentina enfrentara sola, por eso no sé cómo Venezuela podría correr ese riesgo”, dice Pablo Morra, un economista de Goldman Sachs, que cree que lo más probable es que Argentina sencillamente esté tratando de asegurarse un acceso más directo al mercado venezolano.

Hasta ahora, esto le ha venido bien al gobierno venezolano, que se ha beneficiado en unos US$200.0 millones de la inversión en deuda argentina mediante la venta en bancos locales de esa deuda, que a su vez la revenden en el mercado internacional.

 “Eso, a largo plazo, no es sostenible. Argentina debería tratar de restablecer contacto con los mercados internacionales”, dice el señor Morra. “Hay muchas intenciones políticas en eso; la gran demanda de bonos no está en la región sino en los mercados internacionales”.

Pero Argentina no puede hacerlo hasta que llegue a lo que sería un arreglo políticamente impopular con los inversionistas pendientes, algo que se considera improbable antes de las elecciones de octubre de 2007.

Mientras tanto, Argentina pudiera tener que depender de la venta de deuda a Venezuela, o emitiendo deuda en los mercados locales con tasas de interés más altas, como hizo a principios de este año. Sin embargo, ahora parece no estar dispuesta a hacerlo, por la reciente volatilidad del mercado que pudiera hacer que los inversionistas exigieran tasas de interés aún más elevadas.

Aunque la mayor parte de las necesidades financieras de Argentina para este año están cubiertas, el bono conjunto intenta contribuir con el pago de la deuda de US$10 millardos que vence en 2007, además de con proyectos de infraestructura.

De cualquier manera, al anunciar el llamado “Bono del Sur” entre Argentina y Venezuela, el señor Kirchner espera una mayor cooperación financiera en la región, después de la decisión de Argentina, fundamentalmente política, de liquidar su deuda con el Fondo Monetario Internacional en enero.

El señor Kirchner elogió el bono, como antecedente de “la construcción de un banco, un espacio financiero en el Sur que nos permitirá generar líneas de financiamiento que respondan a las necesidades de nuestras regiones y sociedades”.

Funcionarios han indicado que el título de deuda conjunto es un modelo que pudiera ser copiado en otros países de la región. Esto puede tener implicaciones para lo que se entiende como riesgo soberano, en la medida que se desarrolla un tipo de “riesgo regional”, de acuerdo con Nelson Merentes, el ministro de Finanzas de Venezuela.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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