Alianza de chicha y nabo

Alianza de chicha y nabo

JUAN D. COTES MORALES
La Junta Central Electoral está siendo sometida a un verdadero fuego cruzado con motivo de las propuestas electorales que le han sometido para su aprobación los autores de la Alianza Rosada.

Muchos factores inciden para que al Pleno del Tribunal Electoral se introduzca la inquietante y particular situación de la Cámara Contenciosa amenazada por Rafael Suberví Bonilla, de someterla ante la Suprema Corte de Justicia por violar la Ley Electoral al impedir el derecho a ser elegidos que tienen algunos candidatos propuestos que no han sido aprobados en esa jurisdicción electoral.

Igualmente, la muy urticante y preocupante moción pública expuesta por el magistrado Nelson Gómez, presidente de la Cámara Administrativa, quien, sin ningún motivo aparente ni a instancias de nadie, sentenció que en este proceso electoral habría una abstención del orden de un 50%.

Y el doctor Luis Arias, presidente de la Junta Central Electoral, o sea del Pleno, afirma que los partidos políticos se han manejado mal y muchos funcionarios electorales incumplen sus promesas creando un desencanto en la población, independientemente de que las elecciones legislativas y municipales no concitan interés entre los electores.

A esos elementos constitutivos se agrega el despendolamiento de treinticinco millones de pesos para las golosinas publicitarias y el aturrullamiento de la nación.

Lo verdaderamente dramático y trascendente, novedoso, extraño, cruel, desgarrador, injusto, innoble, infame, de mala ley y muchas otras cosas más, es que los dirigentes, líderes y candidatos elegidos y en las asambleas del PRD y del PRSC, se sienten burlados y zangolotean o cancanean sensiblemente lastimados, denunciando la alianza como una pejiguera repajolera.

Si tomamos lo antes dicho como una muestra eficiente de lo que realmente hay a lo interno de la Junta y en el país político, no sólo debemos estar pesimistas, si no también muy preocupados de que antes, durante o después del proceso electoral se produzcan hechos de violencia que perturben la paz social y el sosiego de la familia dominicana.

Ya el asunto de la alianza rosada no es simplemente de las filas que los unen o unirán por 20 años, según los delusores, ni tampoco de las fobias que les hacen revolver sus bilis, no, es y será de estrategias y de resultados, pues la parte más sensata y de elevados sentimientos en la sociedad dominicana se siente asqueada de todas estas tratativas del comercio político y de la desnaturalización de un proceso que es de orden público y del más alto interés nacional.

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