Alianza País califica como inhumana la decisión del Gobierno de disponer congelar los sueldos del sector público en los niveles de miseria en que permanecen y reclamó que lo realmente pertinente y urgente es que se disponga un aumento del salario en el Estado y el sector privado de al menos un 25%.

En una nota de prensa enviada a los medios, la entidad indica que esto es debido a que «Mientras sectores empresariales como el turismo y zonas francas exhiben gran crecimiento y las industrias ganaron más dinero que nunca en medio de la crisis, los trabajadores y sectores medios han sentido agravarse sus condiciones de vida , llevando desesperación y desasosiego a las familias dominicanas».

La Comisión de Economía de Alianza País, que preside el economista y catedrático universitario, Francisco Tavarez, en su reclamo al Gobierno citó que el deterioro en las condiciones de vida de las clases media y sectores populares a causa de la gran inflación de los últimos tres años, proyectada para finales del 2022 es un 9%. ¨Las familias dominicanas han perdido gran parte de su poder adquisitivo,

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¨Los precios de los alimentos, la energía eléctrica y los insumos para la producción agropecuaria se incrementan sin que el gobierno de turno asuma una política económica concreta y efectiva más allá de algunos subsidios , y otras medidas de limitado alcance¨, razona el organismo.

En este escenario, el salario constituye la variable de ajuste del sistema de reproducción económica; las políticas de ayudas se enfocan principalmente en proteger la inversión empresarial y dotar de condiciones macroeconómicas y fiscales adecuadas para atraerlas: incentivos fiscales, infraestructura, subvenciones y flexibilización laboral” destaca la declaración de la Comisión Económica de Alianza País.

El reclamo del partido sustenta la urgencia del incremento planteado en que el salario real del trabajador promedio dominicano sigue en picada y según datos oficiales, el poder de compra ha caído en un estimado de 22% fruto de la inflación acumulada, es decir, que casi una cuarta parte del sueldo que ganan empleados públicos y privados se ha convertido en sal y agua.