Un logro indiscutible dentro del programa de Jornada Escolar Extendida es la alimentación balanceada y con altos niveles de supervisión de parte del equipo técnico del Instituto de Bienestar Estudiantil (INABIE).
Los parámetros de salubridad en las cocinas, depósitos de alimentos y procesamiento de los mismos son tan exigentes que han desaparecido las famosas y frecuentes intoxicaciones de estudiantes que se originaban en las escuelas. Este puede considerarse un logro de René Jáquez, quien maneja los concursos para la asignación de las raciones alimenticias alejado de favoritismo político, exigiéndole calidad a todos los suplidores por igual.
No obstante el correcto manejo que se hace de este capítulo, hay sectores interesados que abogan por dotar de cocinas a todas las escuelas del programa de Tanda Extendida, desconociendo las inversiones de los actuales suplidores.
Conociendo las precariedades de la mayoría de los centros educativos del país en materia de suministro de agua y electricidad, resulta cuesta arriba garantizar la higiene, control de plagas y preservación de los alimentos que necesitan refrigeración.
Además de que sería necesario contratar un personal especializado que garantice la preparación diaria de los alimentos a servirse al estudiantado, lo que conllevaría una actividad ajena a la naturaleza de los centros educativos.
Muy pocas escuela de Tanda Extendida están dotadas de cocinas y la inversión que se hizo equipando esos centros fue exagerada. Insistir en esas compras sería un desatino de las actuales autoridades.
Confiamos en la demostrada capacidad gerencial del actual ministro de Educación, arquitecto Andrés Navarro, quien ponderará con el INABIE los pro y los contra de cambiar el actual sistema de alimentación escolar que tan buenos resultados está ofreciendo.