Alimentos frescos contra el calor

Alimentos frescos contra el calor

POR MARGARITA QUIROZ
Tras los torrenciales aguaceros caídos hace semanas en todo el país se ha desatado una ola de calor insoportable. Aún no ha entrado la temporada de verano y el aire que azota está que arde. Por tal razón, nadie quiere salir a la calle y, algunos cuando se dirigen a su destino, obligados por las labores cotidianas, llegan irritados y malhumorados.

Ante tal situación, qué se puede hacer para contrarrestar los diversos efectos del calor. Primero es importante saber que cuando la temperatura se torna bastante caliente, lo recomendable es cambiar los hábitos alimenticios por uno más refrescante y ligero, vestir ropa ligera y evitar hacer ejercicios fuertes. Pero en definitiva, una buena alimentación a base de mucho líquido, frutas y vegetales puede ser la solución, a entender de expertos en nutrición.

Entonces, hay que aprovechar la gran variedad de frutas y verduras que hay en los mercados y supermercados del país, pero ¡ojo! antes de consumirlas se deben lavar muy bien, puesto que la higiene debe ser más rigurosa para evitar problemas gastrointestinales y deshidrataciones.

La carne y el pescado deben someterse a un tratamiento térmico suficiente para destruir microorganismos. Cuanto más crudo esté un alimento, mayores probabilidades hay de que pueda producir una infección alimentaria.

ADECUADOS PARA DÍAS CALUROSOS

Una sopa servida fría es ideal para despertar el apetito tras una jornada calurosa, hidrata y puede servir de coctel vitamínico para compensar la energía

perdida producto del calor

En tiempo de mucho calor debe aumentarse el consumo de agua, ya que el cuerpo necesita una mayor hidratación interior para mantener las reservas de agua en los niveles óptimos.

Los deportes, el sudor, y sobre todo el calor, nos deshidratan tanto por dentro como por fuera. Por tanto, es aconsejable beber más de 2 litros de líquidos al día. Beber agua en abundancia o jugos y refrescos gasifica el organismo.

Debido a la riqueza en proteínas, vitaminas y sales minerales que poseen las legumbres, estas no deben ser eliminadas del menú.

En ensalada es una buena forma de ingerirlas y casi nunca en estofado, fabada y cocidos, ya que son platos no apropiados para consumirlos en tiempo de calor.

Además, la ensalada, a altas temperaturas, se convierte en la reina de la gastronomía veraniega. Para su elaboración puede combinarse con verduras y frutas.

SOPAS Y ENSALADAS

No es bueno cenar con alimentos muy grasos para que la digestión sea más ligera. Es mejor consumir ensaladas o bocadillos compuestos de vegetales.

También, las sopas de vegetales constituyen una forma favorable de probar los distintos alimentos. En la mayoría de los casos son agradables si se toman tanto frías como calientes.

Servida bien fría es ideal para despertar el apetito tras una jornada calurosa, pues hidrata y puede servir de coctel vitamínico para compensar la energía perdida producto del calor.

Una sopa de remolacha, que sacia y «entona» el estómago, es fácil de digerir y contribuye a hidratar el organismo.

Todas las sopas de vegetales se pueden definir como un plato revitalizante dada la concentración de vitaminas y minerales.

En este caso, la remolacha posee un alto contenido en ácido fólico, vitaminas B1, B2, B3 y B6, y potasio, magnesio y yodo.

La cebolla, el puerro y el ajo coinciden en su composición en su contenido en compuestos azufrados, con demostrados beneficios antioxidantes.

JUGOS Y LICUADOS NATURALES

Una alternativa para incorporar líquido al organismo son los jugos y licuados naturales. Por ejemplo la limonada, clásica bebida destacada por su poder refrescante, resulta ideal en esta época. La forma más fácil de prepararla es licuar el jugo de cuatro limones, con azúcar, hielo y seis hojas de menta fresca.

Otra bebida refrescante es a base de guineo y yogur. Para elaborar este batido se debe pelar y trozar una banana. Se introduce en una licuadora junto con seis mitades de nueces y una cucharada de miel. Se le incorpora una taza de yogur con sabor a vainilla y una taza de leche, bien fría, se licúa hasta lograr una consistencia espumosa.

La piña es otra opción para controlar el calor. Para preparar un rico jugo de piña se pela y pica en rodajas y se licúa con azúcar y leche.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas