LA ROMANA. Decenas de turistas fueron víctimas del pánico cuando un grupo de agentes de los denominados toppos y un representante de la Fiscalía realizaron un allanamiento en puestos de ventas de tabaco, en una feria artesanal.
Según las autoridades, los cigarros eran falsificados y se vendían al público como originales, engañando a las personas que los compraban.
De inmediato el Ministerio de Turismo y el cabildo municipal de esta ciudad, ambos organizadores del evento, detectaron las irregularidades y procedieron a irrumpir en los puestos que despachaban el producto.
Los agentes policiales llegaron de repente junto al fiscal adjunto Benjamín de la Cruz y procedieron a hacer las requisas y las incautaciones de cajas de tabacos.
La acción provocó miedo en los turistas al ver el desalojo de las personas que de manera irregular ofrecían los productos a nacionales y extranjeros.