Allí la magia no ha surtido efecto

Allí la magia no ha surtido efecto

El Gobierno ha cultivado el arte de escarbar recursos para erigir obras que ha convertido en sus predilectas por causas muy suyas. Eso hizo cuando decidió construir la primera línea del Metro de Santo Domingo y eso está haciendo para emplearse a fondo en la segunda línea. Hay otros ejemplos, pero referirlos en este espacio  sería abundar demasiado. El hecho es que la magia para buscar fondos ha funcionado, y eso está demostrado.

Desde luego, no todas las obras despiertan tanta predilección como para poner al Gobierno a sacar dinero “de donde no hay”. Ese es el caso del anexo del Hospital Materno Infantil San Lorenzo de Los Mina, que no ha sido concluido a pesar de que fue comenzado hace catorce años. Ni siquiera el hacinamiento que existe en ese hospital por falta de espacio físico ha roto la inercia oficial para buscar lo que falta para terminar esta obra tan necesaria.

Para terminar el anexo no aparecen recursos, a pesar de que en el San Lorenzo un consultorio debe ser compartido  hasta por 14 médicos y  dos parturientas deban ocupar una misma cama. En catorce años de paralización, el presupuesto de este anexo debe haberse multiplicado por mucho. En ese tiempo  han “aparecido” recursos para muchas obras enormes, pero para el anexo del San Lorenzo no ha funcionado la magia.

Actualización antisísmica

La racha de grandes sismos que ha causado muerte y destrucción en Haití, Chile, Turquía y otros lugares debería alertarnos sobre la necesidad de actualizar nuestras normas de construcción para un mayor énfasis en la seguridad antisísmica. También, y esto lo hemos dicho muchas veces desde el terremoto de Haití el 12 de enero, debemos someter a revisión nuestras  edificaciones más altas y otras que, no siendo tan altas, han demostrado fragilidad, como es el caso de las escuelas, que fueron las más afectadas por el temblor del 12 de enero.

Nuestras normas de construcción pueden ser muy buenas, acogidas de países desarrollados, pero de nada nos sirven si no las aplicamos con rigor y si no las sometemos a actualización. Los efectos de un sismo 7.3 en Haití y otro de  8.8 en Chile fueron muy diferentes, y un factor influyente en altísimo grado debe haber sido la diferencia de calidad antisísmica de las construcciones. ¿En qué punto estamos nosotros?

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