Alma libre

Alma libre

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La clave de nuestro buen éxito está en ir subiendo escalón por escalón la escalera de nuestra empresa, porque más que sabido está que aquellos que empiezan las cosas con mucha fogosidad y demasiados bríos fracasan, porque dejan pasar inadvertidas insignificancias que son las causas de su fracaso; le pasa a esos mozos lo que al que empieza a vivir la vida muy aprisa, ya que al final no encuentran felicidad en nada; ahora, no queremos con esto negar el entusiasmo de la juventud, no, juventud es el desbordamiento del entusiasmo, y “sólo hay juventud en los que trabajan con entusiasmo para el porvenir”, sólo hay juventud en los que poseen bríos. Lo que queremos es advertir a los muy fogosos que no hay que precipitarse, no hay que dar saltos de más ni saltos impropios, debemos tomar como ejemplo el niño al nacer hasta completar su evolución y el motor al salir del taller, que no se le puede imprimir inmediatamente toda su fuerza para que desarrolle toda su potencia o energía. Muchos nos dirán que el mundo es de los atrevidos, y nosotros decimos: el mundo es de los más audaces, el atrevido fracasa porque no vislumbra más allá de donde sus ojos le permiten ver, el audaz no, éste posee como un sexto sentido que le muestra las cosas más claras, y analiza y medita más rápidamente de lo que nos he permitido a la medianía.
No sé, pero me parece que existe en el hombre un segundo Yo que muchas veces impone su criterio sobre la fortaleza íntima del ser y hace cambiar –inconscientemente- la dirección que habíamos tomado; el hombre ha dado más importancia a la fuerza muscular, a robustecer ésta que a vigorizar el espíritu, a purificarlo.

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