El ministro de Interior y Policía, Franklin Almeyda Rancier, volvió ayer a atribuir a sectores del negocio de las drogas y a algunos grupos políticos populares los hechos de violencia registrados hace unos días en el barrio Capotillo.
El funcionario dijo que no basta la presencia del ministerio de Educación, Obras Públicas o Salud Pública como reclama el sacerdote Wilfredo Montaño, tras indicar que en ese sector hay unos niveles de violencia generados por el mundo de las drogas, el cual se ve amenazado por las autoridades policiales y actúa en consecuencia.
Uno de los problemas principales de Capotillo es que ha habido un nido de drogas, y lo que hemos hecho es dejar que la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) se ocupe de esos narcotraficantes, lo que ha creado efectos secundarios, es decir la reacción de los que han resultado afectados, enfatizó.
Recordó que, como parte del Programa Barrio Seguro, en Capotillo se desarrollan muchas iniciativas que han sido exitosas, tales como Un techo para mi barrio y la capacitación de decenas de personas en cursos técnicos, a través de los centros comunales.
Citó también el programa de financiamiento para micro empresas.
Sobre la inseguridad ciudadana, dijo que es un asunto de percepción que no necesariamente se corresponde con los hechos. El funcionario fue entrevistado en el programa radial La Verdad ante Todo, que conduce la periodista Rosa Alcántara.