MIAMI.- Esto ha sido una costumbre de mucho tiempo observar muchachos jugando al béisbol en República Dominicana. Es posible encontrar un shortstop con las habilidades de alcanzar un sueño de Grandes Ligas en Estados Unidos. Iván Almonte fue parte de esta escena en Santo Domingo. Excepto que en vez de tomar rodados, él era un joven de 17 años y 6’4”, que aspiraba a ser pitcher.

Escuchas de las mayores peinan todo el país. Los cazatalentos de Marlins, Piratas, Dodgers y Yanquis, los vieron jugar.

Pero después de jugar baloncesto improvisado, él cambió sus motetes para altas cimas y se convirtió en piedra angular en Florida Internacional University.

“Jugar baloncesto es lo que quiero hacer”, dijo Almonte. “Mi familia se volvió loca cuando comencé a jugar baloncesto, pero ahora ellos entienden”.

Después de practicar béisbol en 1998, los amigos de Almonte lo invitaron a entrenar con la selección juvenil dominicana. El los entrenamientos, Almonte hizo una serie de tiros y varios tremendos donqueos.

“Pienso que impresioné al coach, porque sus primeras palabras fueron hacia mí fueron ‘no puedo dejarte jugar béisbol”, recordó Almonte.

Almonte condujo a los dominicanos al Campeonato Mundial Sub-21.

En el 2000, Almonte se reunió con Sergio Rouco, que entrenaba en la Liga Profesional Dominicana. “Ivan fue siempre un competidor súper cueste lo que cueste”, dijo Rouco, que está en su segunda temporada como coach de FIU.

Entonces Rouco aconsejó para que Almonte fuera Southeastern Community College en Iowa, donde el amigo de Rouco, Joe O’Brien, era el coach de basketball.

Almonte no hablaba inglés, pero él estaba impaciente por el chande de mejorar su vida.