ALMUERZO GRUPO CORRIPIO

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La escasa competitividad de la agropecuaria en América Latina no se debe al subsidio que ofrecen los países desarrollados a quienes intervienen en esa actividad económica o a las medidas restrictivas que toma la Organización Mundial del Comercio (OMC), sino a la ineficiencia de los agricultores de la región, según el experto brasileño Polan Lacki.

El ingeniero agrónomo planteó que los productores rurales no saben producir con eficiencia porque no compran los insumos de manera racional, no saben incorporarle valor a su producto ni comercializar con menos intermediación, pero tampoco administran correctamente sus empresas.

Pero el origen de esas ineficiencias se encuentra en la falta de conocimiento, de acuerdo a Lacki, quien planteó en el almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio que en este mundo globalizado la agricultura rentable y competitiva es sinónimo de eficiencia en las áreas gerenciales, tecnológicas y organizativas.

«Desgraciadamente en América Latina, durante más de 50 años, hemos estado haciendo diagnósticos de la problemática rural, pero estos son inútiles porque las supuestas causas que se apuntan están mucho más allá de la capacidad del agricultor y del gobierno de solucionarlas.

«Es un diagnóstico pernicioso hasta para los propios agricultores, porque se trata de decirle al productor que son los otros los responsables de sus dificultades, por lo cual estos deberían buscar también las soluciones,» refirió.

Lacki, quien realiza una serie de actividades en el país por invitación de la Secretaría de Estado de Agricultura (SEA), la Secretaría de Estado de Educación (SEE) y la Secretaría de Estado de Educación, Ciencia y Tecnología, precisó que los endeudados y debilitados gobiernos latinoamericanos no tienen la más remota posibilidad de resolver los problemas de los agricultores.

Pero destacó que en la región hay agricultores que, debido a su eficiencia tecnológica, gerencial y organizativa, han reducido costos y mejorado los precios de venta, «pero desgraciadamente ellos son la minoría».

En tal sentido manifestó que los agricultores más eficientes son los más competitivos, tienen mayor rentabilidad y dependen menos de las ayudas estatales.

[b]BAJOS RENDIMIENTOS[/b]

Lacki destacó que el rendimiento del sector agropecuaria, en Latinoamérica, es muy bajo. Citó como ejemplo que el rendimiento promedio de carne por hectárea, al año, es de 60 kilos cuando se debieran producir hasta 600 kilos.

«Nos quejamos de que los europeos nos inundan con leche subsidiada, pero no tenemos la humildad de reconocer que mientras nuestra vaquita produce cuatro litros de leche, la de ellos da 25 litros.

«Esa alta producción debe justificarse en el factor tecnológico, es nuestra vaca lechera que no produce porque no come… y en ese caso lo que le ha faltado a nuestro productor es un buen zootecnista o veterinario que vaya a la zona rural a decirle a la gente cómo producir una pastura mejorada para elevar la rentabilidad».

Al destacar que en la agricultura ocurre el mismo desastre, argumentó que para conseguir excelente productividad no se requiere únicamente tecnología de punta, sino de bajísimo costo y para cuya adopción se precisa de conocimientos elementales.

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