ALMUERZO GRUPO CORRIPIO
En la iglesia católica no hay jefes

ALMUERZO GRUPO CORRIPIO <BR>En la iglesia católica no hay jefes

POR GERMAN MARTE
En la Iglesia Católica no hay jefe, «Iglesia somos todos», afirmó ayer el sacerdote jesuita y catedrático universitario José Luis Sáez al ser consultado sobre los últimos escándalos en que están involucrados sacerdotes y diáconos de la Iglesia Católica.

Dijo que estos acontecimientos afectan la imagen de la Iglesia.

«Aquí no hay ningún jefe de la Iglesia Dominicana. Nadie. Ni siquiera cuando monseñor Pittini era como quien dice la última palabra. Eso no existe», expresó.

Sin embargo, Sáez explicó que cada obispo es el pastor principal en su diócesis.

«Yo no sé quien es la cúpula de la Iglesia; en definitiva, ahora mismo no sabemos ni quién es. En cierto sentido, sea cúpula o sea sótano, la Iglesia es cuestión de todos», recalcó Sáez al participar como invitado en el Almuerzo Semanal de los Medios de Comunicación del Grupo Corripio.

«No es que todos vamos como buena gente a decir: bueno disculpemos el error de los demás y cosas así, pero sencillamente si todos somos Iglesia ahí si es verdad que todos estamos metidos en el mismo lío», manifestó.

O sea, añadió, «que yo no sé qué cosa es la cúpula de la Iglesia, si tiene nombre y apellido. No lo sé. Realmente preferiría que no tuviera».

Dijo que ojalá llegue el momento en que todo el mundo esté consciente de que no es cuestión de que lo diga fulanito, que es el que sale en todos los noticieros y contesta todas las preguntas, sino cualquiera que la posición puede ser enarbolada por cualquiera de los que se consideran verdadero miembro de la Iglesia.

A juicio de Sáez ni siquiera la Conferencia del Episcopado se puede considerar como la representante de la jefatura de la Iglesia, «eso no tiene más que algunas veces quizás alguna función legislativa, pero no tiene autoridad suprema por encima de alguien, es una consulta en definitiva y es una manera de llevar a la práctica lo que se comenzó con la reforma que se aplicó a partir del Concilio Vaticano II, (1962-1965) que planteó la creación de conferencias episcopales que reuniera a los obispos de un determinado país o región».

Lo que digan los obispos en las conferencias no tiene fuerza de ley, sino un consejo, una opinión, recalcó. Sin embargo, apuntó que muchas veces la Iglesia toma esas resoluciones como lineamientos para reformas posteriores.

Precisó que las resoluciones de las conferencias de obispos sólo tienen fuerza jurídica cuando la respalda y la asume un obispo en su respectiva diócesis.

«Por eso cuando hablamos de cúpula yo no sé dónde está. Yo me imagino que debe estar por allá arriba, ¿Pero dónde? Y ¿Quiénes son? «

No obstante, explicó que en el país se han conformado dos arquidiócesis: una en la parte norte y otra en el sur de la isla, y en cierto sentido esa es la autoridad suprema. Indicó que cada uno de los arzobispos tiene autoridad sobre toda la diócesis sobre los cambios que se deban hacer, «ahí tiene autoridad, porque de algún modo tiene carácter legislativo, pero lo otro, la conferencia, aunque sean a nivel regional, no tiene valor jurídico, tiene valor únicamente de enunciación de principios -que un día ojalá lo pongamos en práctica, pero no tiene fuerza obligatoria».

En cuanto a la categoría de monseñor, Sáez explicó que se trata de un título honorífico que se le otorga a ciertos sacerdotes, no necesariamente obispos, en atención a la labor que desempeñen, como es el caso de Agripino Núñez Collado, quien ocupa la posición de rector de la Pontificia Católica Madre y Maestra (PUCMM).

Publicaciones Relacionadas