Alta emisión en aumento convierte en pasivas acciones monetarias del BC

Alta emisión en aumento convierte en pasivas acciones monetarias del BC

Terminadas las negociaciones para la firma de un nuevo Acuerdo Stand By con el Fondo Monetario Internacional, muchos esperaban que la estabilidad macroeconómica volviese al redil de donde fue sacada primero por el «shock» externo que recibió la economía entre el 2001 y el 2002.

Pero más que eso, todos tienen bien presentes los efectos devastadores que para el desenvolvimiento ha tenido la crisis bancaria que se destapó en el sistema financiero a partir de mayo del año 2003 y cuyas consecuencias pagan caro todos los dominicanos.

De aquí que la primera gran prueba que al corto plazo deberá pasar la economía del país será la que habrá de presentarse a principios de abril venidero cuando el Fondo realice su primera evaluación del comportamiento económico, en que las cuentas deberán presentar un manejo más adecuado con las necesidades de restablecimiento de la estabilidad macroeconómica.

De aquí surgen las grandes sinterrogantes: )Podrá la economía estabilizarse en un corto plazo con un patrón de emisión monetaria como el que se sigue hasta ahora?)Podrá reactivarse el financiamiento bancario a los sectores productivos en medio de una vorágine monetaria como la que prevalece, como resultado de esta crisis?

No obstante la gran muestra de confianza que representa la firma con el FMI en medio de la situación crítica del país, los resultados recientes del comportamiento de las estadísticas monetarias, financieras y cambiarias destacan que los grandes logros para apuntalar la economía podrían resultar insuficienrtes si no son complementados con decisiones de política económica inmediatas.

ALTAS EMISIONES

La inmensidad de la brecha financiera originada por la crisis de Baninter y otras dos entidades ha implicado que desde febrero del 2003 en que se comenzaron a sentir sus efectos económicos, el financiamiento interno a la economía subió bruscamente situando los valores emitidos desde RD$5 mil 136.1 millones en esa fecha hasta RD$109 mil 138.2 millones al pasado 6 de febrero de este año 2004.

Importa destacar que como parte de los esfuerzos de las autoridades para mantener a flote al sistema financiero, según registran las cifras oficiales, de un total de RD$96 mil 948.1 millones entregados por Banco Central en calidad de «facilidades de liquidez», al mes de enero del 2004 dichos valores han incrementado hasta colocarse en RD$100 mil 563.0 millones. Su reducción al 6 de febrero ha sido muy exigua en relación al grueso del circulante, situándose en RD$100 mil 522.8 millones a esa fecha del año que transcurre.

Este comportamiento en escalada explica en parte la inasible situación que para las autoridades monetarias implica un manejo del mercado de divisas que por momentos se va de las manos al Banco Central, a pesar de prevalecer un acuerdo con el FMI y otras agencias internacionales que han comenzado a hacer fluir divisas importantes a la economía desde antes y después de rubricada la firma con el Fondo Monetario.

Pero igualmente se halla justificada esta volatilidad en la moneda local y en la tasa de cambio debido al registro que da el propio Banco Central sobre el nivel de valores en circulación prevalecientes a febrero del 2003, cifrados en RD$5 mil 156.2 millones y aumentados en RD$60,008.0 a diciembre de ese año e incrementado aún más hasta colocarse en RD$60 mil 765.0 millones a enero del 2004.

Por el lado de la oferta monetaria, los registros de la institución monetaria sostienen que en tanto el medio circulante creció desde los RD$41 mil 933.2 millones a febrero del 2003, luego «se disparó» en presencia de los problemas bancrios hasta colocarse en RD$75 mil 872.6 millones a diciembre de ese año y alcanzar sucesivamente los RD$80 mil 282.2 millones a enero del 2004 y los RD$80 mil 341.7 millones.

El caso más evidente de la existencia de un sobreabultamiento de la masa monetaria presionando contínuamente al circulante se refleja en el nivel de su oferta ampliada, la cual sufrió sucesivas alzas absolutos, desde RD$153 mil 315.3 millones a febrero del 2003.

Alcanzó a los RD$242 mil 137.1 millones al finalizar diciembre del año pasado para cifrar RD$263 mil 385.5 millones a enero de este año y seguir en aumento para colocarse, acorde a las últimas cifras disponibles, en los RD$264 mil 560.9 millones.

Resultado de todas estas presiones, la emisión monetaria también ha sufrido sus presiones. Situada en los RD$37 mil 272.9 millones a la fecha en que estalla la crisis bancaria (febrero del 2003), creció vertiginosamente y se colocó en RD$77 mil 558.3 millones a diciembre de ese año, para luego pasar a situarse en los RD$77 mil 696.7 millones a enero del 2004, de donde ha seguido subiendo para moverse hasta los RD$78 mil 662.9.

Estos comportamientos en la emisión monetaria explican la errática situación de los precios del dólar en el mercado, en que ha subido desde los RD$23.0 por dólar a febrero del 2003, para luego subir hasta los RD$34.95 por dólar a diciembre del 2004, continuar en RD$51.58 en promedio a enero del 2004 y situarse, según datos más recientes a febrero 6 de este año, en los RD$51.75 por dólar en el mercado.

POLÍTICAS PASIVAS DEL BC

Debido al estrecho margen que el desbordamiento monetario ha dejado al gobierno y al Banco Central para actuar contra la situación, se firmó un acuerdo con el FMI.

Pero a pesar del ambiente de certidumbre que esto ha conllevado, todavía están por verse algunas acciones concretas de políticas monetarias que deberá emprender el Banco Central.

Es notorio que en cuanto respecta a la situación del financiamiento bancario al sector público, éste no ha crecido tanto, lo mismo que ha sucedido con el financiamiento privado.

Ello hace dudar de que aún con la firma del Stan By con el FMI se logre reimprimir alguna dinámica al sistema de financiamientos bancarios para reimpulsar la economía.

Las cifras al respecto son reveladoras. Mientras los depósitos a la vista han crecido desde febrero del 2003 en RD$25 mil 483.9 millones, según cifras disponibles, se situaron en RD$46 mil 240.2 millones a diciembre de ese año.

Para enero de este año subieron dichos depósitos y se situaron en RD$48 mil 459.6 millones, mientras siguen subiendo hasta los RD$48 mil 927.5 millones.

Sin embargo, la cartera de préstamos prácticamente se ha «frizado» para el sector privado, ya que los datos indican que el tramo de mayor crecimiento excepcional lo constituyen los depósitos a plazo, en certificados y bonos del Banco Central, los cuales subieron desde los RD$83 mil 425.6 millones a febrero del 2003 hasta fijarse en RD$125 mil 304.2 millones a diciembre del año pasado. A enero del 2004 estos valores se colocaron en RD$133 mil 606.4 millones.

Aunque la presencia del Fondo ha traído mayor confianza a los agentes económicos, se espera que mediante negociaciones cruzadas entre el gobierno y el Departamento del Tesoro y con la intermediación del organismo multilateral, se logre una salida concreta a las dificultades que presenta el Banco Central.

El desface entre las altas emisiones efectuadas por la institución monetaria para salvar a los ahorrantes defraudados por los tres bancos, ha erosionado al propio capital del Banco Central representado por sus reservas internacionales.

En materia de reservas, la institución monetaria ha sufrido un serio revés, al caer desde los US$1,155.3 millones en que cerraron al 2001, hasta colocsarse en US$279.4 millones al cierre del año 2003, como producto de las intervenciones de la institución en el mercado para apoyar la moneda local.

En el caso de las reservas netas, situadas en US$962.2 millones al terminar el 2001, cuando empezó el «choque externo» a la economía, bajaron hasta los RD$123.6 millones a diciembre del 2003. Al 11 de febrero, según las últimas cifras, estas reservas eran de US$316.2 millones las brutas y de US$153.1 millones las netas.

Para algunos analistas económicos, la situación amerita la búsqueda de nuevos componentes de financiamiento externo de largo plazo, a fin de suplir las deficiencias de recursos en moneda dura que respalden la alta cantidad del circulante y así se evites resultados pasivos en las acciones monetarias y cambiarias que propician el Banco Central y el gobierno en estos momentos.

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